Por cultura general el segundo Rio mas grande el mundo, desde los colegios nos lo han coloreado como una leyenda de grandeza mágica. Cuando estuvimos estudiando cual era la mejor y mas natural forma de adentrarse a Brasil desde Colombia, no era por vía aérea, sino fluvial.
Una vez en Leticia y luego de comprar los boletos para un viaje presupuestado de 5 días enteros a travéz de las aguas del AMAZONAS, nos dispusimos con nuestro moto-taxista desde las 8am a comprar lo que hacia falta: Una Hamaca. 20.000 pesos y 4000 para las pitas de amarre.
En el puerto de Tabatinga nos despedimos de Carlos, dió con una buena persona, nos dijo en días anteriores, no confíe en nadie y en Manaos menos. Leticia pueblo pequeño demás que infierno grande, dónde la gasolina vale 10.000 pesos el galón, pero se compra por 2 litros de Coca-cola a mitad de precio, a solo media cuadra de Colombia y a ojos de la policía quienes les toca hacerse los de la vista gorda.
Los barcos, unos ferris de 3 pisos, 2 para los viajeros y el tercero una tiendita y el capitaneo. Más que todo gente de Brasil, algunos pocos Colombianos negociantes de la zona, 1 peruano que iba a ver a su madre enferma y unos cuantos mochileros, 3 franceses y 1 alemana. También un punkero de Rolotá el cual estaba trabajando en Leticia hacia 2 meses y había decidido gastarse los ahorros conociendo Sao Paulo.
Había que llegar temprano para coger buen puesto, lejos del baño segun Lonelyplanet, luego de que la policia federal du Brasil hiciera su respectiva requisa, y acomodados, solo tocaba esperar la larga jornada. Al principio bajo la dinámica ansiosa mental y el ritmo cardíaco itadino, se veía un poco lento , monótono y extenuante. Pero ya pasadas las 4 noches y mañana que será la última mañana, fué de todo, menos aburridor!
Las comidas estaban incluidas pero solo nos vinimos a dar cuenta al segundo día, el timbre o campana anunciaba que estaba listo, con el insomnio nunca se daba bien con las horas correctas. Se cogia plato y cuchara y vaya a que le sirvieran. Arroz, pollo, carne de cañon, frijoles negros, papa casi siempre acompañadas de un refrescante vaso de agua fría, que sabia mejor que el tang que hacian. Haciéndonos amigo del chef, no había afán y se podía comer en la mesa con los demás terratenientes, y así fue el desquite de haber comido suave 1 día, repitiendo y sirviendo a el gusto y sobretodo guardando energías para lo que se viene!
Pasar las noches en vela, para dormir de a horas durante el día…. esperar, escuchar música, roncear, para luego en primera fila disfrutar de la impresionante puesta de sol amazónica, no importaba el resto. Se borraba cualquier sensación diferente a el aprecio por la vida y a la pachamama. Cualquier otra cosa fuera la que fuera simplemente era pequeña e irrelevante ante el dios sol.
Y por lo menos 2 delfines rosados saltaron a lo lejos :-)
En algunas horas estaremos desembarcando en Manaos una de las ciudades más importantes de América de principios de siglo por ser uno de los puertos fluviales más grandes del mundo, además de bella arquitectura colonial, poco debe haber para ver, primero buscar un wifi, pero la misión será encontrar la mejor forma (rápida y más económica) de llegar a Sao Luis y comenzar a bajar por la zona costera de Brasil para así terminar nuestro viaje en la primera edición Latinoamericana del Sonar Sao Paulo 2012.
