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Increíble discurso de Gadafi ante la ONU

Increíble discurso de Gadafi ante la ONU

Increíble discurso de Gadafi ante la ONU”Como se sabe, las Naciones Unidas fueron fundadas por tres o cuatro países que a la sazón estaban en contra de Alemania. Las Naciones Unidas fueron creadas por naciones que se unieron contra Alemania en la segunda guerra mundial. Esos países constituyeron un órgano denominado el Consejo de Seguridad, que convirtió a esos países en miembros permanentes y les otorgó el derecho de veto. Nosotros no estábamos presentes en ese momento. Las Naciones Unidas se configuraron de acuerdo con esos tres países, que tenían la intención de que nos sumáramos a los planes originalmente concebidos contra Alemania. Esa es la esencia real de las Naciones Unidas, cuando se fundaron hace más de 60 años.

Eso sucedió en ausencia de unos 165 países, a razón de uno a ocho, es decir, uno estaba presente y ocho estaban ausentes. Esos países redactaron la Carta, de la cual tengo una copia. Al leer la Carta de las Naciones Unidas, se puede constatar que el Preámbulo de la Carta difiere de sus Artículos. ¿Cómo surgió la Carta? Todos los que asistieron a la Conferencia de San Francisco en 1945 participaron en la redacción del Preámbulo, pero dejaron los Artículos y el reglamento interno del llamado Consejo de Seguridad en manos de los expertos, los especialistas y los países interesados, países que habían establecido el Consejo de Seguridad y se habían unido en contra de Alemania.

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En el Preámbulo de la Carta se afirma que no se deberá recurrir a la fuerza armada, salvo en interés común. Ese es el Preámbulo que acordamos y firmamos, y nos sumamos a las Naciones Unidas porque queríamos que la Carta reflejara eso. Se indica que sólo se recurrirá a la fuerza armada en interés común de todas las naciones, pero ¿qué ha sucedido desde entonces? Han estallado 65 guerras desde la creación de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad, 65 desde su creación, con millones de víctimas más que en la segunda guerra mundial. ¿Acaso esas guerras, así como la agresión y la fuerza que se utilizaron en esas 65 guerras, responden al interés común de todos nosotros? No; esas guerras se llevaron a cabo en aras de los intereses de uno, tres o cuatro países, pero no de todas las naciones.

Hablaremos acerca de si esas guerras respondían al interés de un sólo país o de todas las naciones. Eso contradice de manera flagrante la Carta de las Naciones Unidas que firmamos, y, a menos que actuemos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas que acordamos, lo rechazaremos y no temeremos hablar con nadie en términos que no sean diplomáticos. Ahora hablamos del futuro de las Naciones Unidas. No debe haber hipocresía ni diplomacia porque se trata de una de las cuestiones más importantes y vitales para el futuro del mundo. La hipocresía dio lugar a las 65 guerras que han estallado desde la creación de las Naciones Unidas.

En el Preámbulo también se afirma que, si se recurre a la fuerza armada, deberá ser una fuerza de las Naciones Unidas, es decir, una intervención militar de las Naciones Unidas, con el acuerdo conjunto de las Naciones Unidas, no de uno, dos o tres países. Las Naciones Unidas en su conjunto decidirán ir a la guerra para mantener la paz y la seguridad internacionales. Desde la creación de las Naciones Unidas en 1945, si hay un acto de agresión de un país contra otro, las Naciones Unidas, en su conjunto, deben disuadir y detener esa agresión.

Si un país, Libia por ejemplo, agrediera a Francia, entonces la Organización entera respondería porque Francia es un Estado Miembro soberano de las Naciones Unidas y todos compartimos la responsabilidad colectiva de proteger la soberanía de todas las naciones. Sin embargo, se han emprendido 65 guerras de agresión sin que las Naciones Unidas hayan hecho algo por impedirlas. Otras ocho grandes guerras violentas, cuyas víctimas suman unos 2 millones de personas, han sido emprendidas por Estados Miembros que disfrutan de los poderes de veto. Esos países que pretenden que creamos que tratan de mantener la soberanía e independencia de los pueblos utilizan en realidad la agresión contra los pueblos. Si bien deseamos creer que esos países desean trabajar por la paz y la seguridad en el mundo y proteger a los pueblos, han recurrido por el contrario a las guerras de agresión y a la conducta hostil. Al disfrutar del veto que ellos mismos se otorgaron como miembros permanentes del Consejo de Seguridad, han iniciado guerras que han cobrado la vida de millones de víctimas.

El principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas. Por consiguiente, ningún país tiene derecho a intervenir en los asuntos de ningún Gobierno, sea democrático o dictatorial, socialista o capitalista, reaccionario o progresista. Eso es responsabilidad de cada sociedad; es un asunto interno del pueblo del país en cuestión. Los senadores de Roma en una ocasión nombraron dictador a su líder, Julio César, porque era conveniente para Roma en ese momento. Nadie puede decir que Roma en aquel momento le diera a César el veto. El veto no se menciona en la Carta.

Ingresamos a las Naciones Unidas porque pensamos que éramos iguales, sólo para comprobar que un país puede objetar todas las decisiones que adoptemos. ¿Quién le dio a los Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad esa condición? Cuatro de ellos se concedieron esa condición ellos mismos. El único país que nosotros en esta Asamblea elegimos con la condición de Estado miembro permanente en el Consejo de Seguridad es China. Ello se hizo democráticamente, pero los demás puestos se nos impusieron de manera no democrática a través de un procedimiento dictatorial llevado a cabo en contra de nuestra voluntad, y no debemos aceptarlo.

La reforma del Consejo de Seguridad que necesitamos no es la de un aumento en el número de miembros, lo que sólo empeoraría las cosas. Para utilizar una expresión común, muchas manos en un plato tocan a arrebato. Añadiría leña al fuego. Se empeorarían las cosas sencillamente aumentando más países grandes a los que ya disfrutan de su condición de miembros del Consejo. Sencillamente perpetuaría la proliferación de las superpotencias. Por consiguiente, rechazamos que se aumente el número de puestos permanentes. La solución no es contar con más puestos permanentes, lo que sería muy peligroso. Aumentar las superpotencias aplastaría a los pueblos de los países pequeños, vulnerables y del tercer mundo, que se están agrupando en lo que se ha denominado el Grupo de los 100. Cien países pequeños que se unen en un foro que un miembro ha denominado el Foro de los Países Pequeños.

Esos países serían aplastados por las superpotencias si se concede a nuevos países grandes la condición de miembros del Consejo de Seguridad. Esa puerta debe cerrarse; lo rechazamos enérgica y categóricamente. El aumento de los puestos del Consejo de Seguridad aumentaría la pobreza, la injusticia y la tensión a nivel mundial, así como la gran competencia entre ciertos países como Italia, Alemania, Indonesia, India, el Pakistán, Filipinas, Japón, Brasil, Nigeria, Argentina, Argelia, Libia, Egipto, República Democrática del Congo, Sudáfrica, Tanzania, Turquía, Irán, Grecia y Ucrania. Todos esos países procurarían un puesto en el Consejo de Seguridad, haciendo que su composición sea casi tan grande como la de la Asamblea General y dando lugar a una competencia poco práctica.

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Los 27 países de la Unión Europea deberían tener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. Los países de la Unión Africana deberían tener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. Los países de América Latina y de la ASEAN deberían tener puestos permanentes. La Federación de Rusia y los Estados Unidos de América ya son miembros permanentes del Consejo de Seguridad. La Comunidad del África Meridional para el Desarrollo (SADC), cuando se haya establecido del todo, debería tener un puesto permanente. Los 22 países de la Liga de los Estados Árabes deberían tener un puesto permanente. Los 57 países de la Organización de la Conferencia Islámica deberían tener un puesto permanente. Los 118 países del Movimiento de los Países No Alineados deberían tener un puesto permanente.

De este modo, todos los países estarían en pie de igualdad en el Consejo de Seguridad, como ya lo están en la Asamblea General. En la Asamblea General se nos trata a todos por igual, como miembros y en las votaciones. Lo mismo debería ocurrir en el Consejo de Seguridad. Actualmente, un país tiene derecho de veto, otro no lo tiene; un país es miembro permanente, otro no lo es. No deberíamos aceptarlo ni aceptar ninguna resolución aprobada por el Consejo de Seguridad con su composición actual. Estuvimos sometidos a tutela; fuimos colonizados y ahora somos independientes. Hoy estamos aquí para decidir el futuro del mundo en forma democrática, a fin de que se mantengan la paz y la seguridad de todas las naciones, grandes y pequeñas, en pie de igualdad. Lo contrario equivale al terrorismo, puesto que terrorismo no es sólo Al-Qaida, sino que puede adoptar otras formas.

Deberíamos guiarnos exclusivamente por la mayoría de votos en la Asamblea General. Si la Asamblea General adopta una decisión por votación, habría que acatar sus deseos y ejecutar sus decisiones. Nadie está por encima de la Asamblea General; quien diga que está por encima de la Asamblea General, debería abandonar las Naciones Unidas e ir por su cuenta. La democracia no es para los ricos ni para los más poderosos, ni para quienes practican el terrorismo. Todas las naciones deberían estar en pie de igualdad y deberían ser consideradas iguales.

Actualmente, el Consejo de Seguridad es feudalismo de seguridad, feudalismo político para quienes ocupan puestos permanentes, puestos que los protegen y ellos utilizan contra nosotros. No debería llamarse Consejo de Seguridad, sino Consejo del terror. En nuestra vida política, recurren al Consejo de Seguridad cuando tienen que utilizarlo contra nosotros. Si no necesitan hacerlo, no le hacen caso. Si tienen algún interés que promover, respetan y ensalzan la Carta de las Naciones Unidas, recurren al Capítulo VII de la Carta y lo usan contra las naciones pobres. No obstante, si desean violar la Carta, no la tienen en cuenta, como si no existiera.

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Las superpotencias tienen intereses mundiales complejos y usan el derecho de veto para proteger esos intereses. Por ejemplo, en el Consejo de Seguridad usan el poderío de las Naciones Unidas para proteger sus intereses y aterrorizar e intimidar al tercer mundo haciendo que viva bajo la sombra del terror.

Desde el principio, a partir de su creación en 1945, el Consejo de Seguridad no ha brindado seguridad. Por el contrario, ha sembrado el terror y aplicado sanciones. Se usa solamente contra nosotros. Por esta razón, ya no estaremos comprometidos a aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad después de este discurso, que marca el cuadragésimo aniversario.

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¿Por qué los africanos van a Europa? ¿Por qué van a Europa los asiáticos? ¿Por qué los latinoamericanos van a Europa? Porque Europa colonizó a esos pueblos y usurpó los recursos materiales y humanos de África, Asia y América Latina, a saber, el petróleo, los minerales, el uranio, el oro y los diamantes, las frutas, los vegetales, el ganado y el pueblo, y los utilizaron. Ahora, las nuevas generaciones de asiáticos, latinoamericanos y africanos están tratando de recuperar esa riqueza robada, ya que les asiste ese derecho.

En la frontera libia, recientemente detuve a 1.000 migrantes africanos que se dirigían a Europa. Les pregunté por qué se iban para Europa. Me respondieron que lo hacían para recuperar la riqueza que les habían robado y que, de lo contrario, no irían a Europa. ¿Quién puede restituirnos la riqueza que nos quitaron? Si deciden restituir toda esta riqueza, no habría más inmigración procedente de Filipinas, América Latina, Mauricio y la India. Queremos tener la riqueza que nos robaron. África merece 777 billones de dólares en concepto de indemnización de los países colonizadores. Los africanos exigirán esa cantidad, y si no se les da, irán a los lugares adonde se llevaron esos billones de dólares. Tienen derecho a hacerlo. Tienen que ir en busca de ese dinero y recuperarlo.

¿Por qué no hay inmigración de Libia a Italia, a pesar de la cercanía de Libia? Italia debía una indemnización al pueblo libio. Aceptó el hecho y firmó un acuerdo con Libia, que fue aprobado por los Parlamentos de Italia y de Libia. Italia reconoció que haber colonizado Libia fue un error en que nunca más incurriría, y prometió que no atacaría al pueblo libio por tierra, mar o aire. Italia también aceptó indemnizar a Libia 250 millones de dólares anuales durante los próximos 20 años y construir un hospital para los mutilados libios como resultado de las minas colocadas en territorio libio durante la segunda guerra mundial. Italia ofreció disculpas y prometió que nunca más volvería a ocupar el territorio de otro país. Italia, que fue un reino durante el régimen fascista y ha hecho valiosas contribuciones a la civilización, debe recibir felicitaciones por este logro, junto con el Primer Ministro Berlusconi y su predecesor, que hicieron sus propias contribuciones en ese sentido.

¿Por qué el tercer mundo exige indemnización? Para que no haya más colonización, para que los países grandes y más poderosos no colonicen a otros, para que se sepa que tendrían que pagar indemnización. La colonización debe castigarse. Los países que perjudicaron a otros pueblos durante la era colonial deben pagar indemnización por los daños y el sufrimiento que ocasionaron bajo el dominio colonial.

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El discurso que pronunció nuestro hijo Obama hoy es completamente diferente. Hizo un llamamiento serio a favor del desarme nuclear, lo cual aplaudimos. Dijo también que los Estados Unidos por sí solos no podrían resolver los problemas que enfrentamos y que el mundo entero debería unirse con ese fin. Dijo que debemos hacer más de lo que hacemos ahora, que es pronunciar discursos. Estamos de acuerdo y lo celebramos. Dijo que habíamos venido a las Naciones Unidas a hablar unos contra otros. Cierto es que cuando venimos aquí, deberíamos comunicarnos mutuamente en pie de igualdad. Dijo, además, que la democracia no debe imponerse desde afuera. Hasta hace poco, los Presidentes estadounidenses decían que debería imponerse la democracia al Iraq y a otros países. Dijo que eso era un asunto interno. Habló con franqueza cuando dijo que la democracia no puede imponerse desde afuera.

Así que tenemos que ser cautos. Antes de plantear esas observaciones delicadas, señalo que el mundo está muy polarizado. ¿Acaso el mundo debería estar tan polarizado? ¿Acaso las naciones no pueden estar en condiciones de igualdad? Busquemos una respuesta. ¿Alguien puede responder si es mejor que el mundo esté tan polarizado? ¿Por qué no podemos estar en condiciones de igualdad? ¿Debemos tener patriarcas? ¿Debemos tener papas? ¿Debemos tener dioses?

¿Por qué tiene que estar el mundo tan polarizado? Rechazo ese tipo de mundo y pedimos un mundo en que los grandes y los pequeños sean iguales.”

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