Los investigadores encontraron que aquellos consumidores persistentes de cannabis (fumadores de al menos cuatro veces a la semana, año tras año, en la adolescencia, entre los 20 y los 30 años y, en algunos casos, después de los 30) sufrieron una disminución de su coeficiente intelectual. Mientras más habían fumado, mayor era la pérdida en dicho coeficiente. El efecto se observó sólo en los que comenzaron a fumar cannabis en la adolescencia. “Es un estudio especial, con el que estoy bastante de acuerdo, que el cannabis es seguro para los cerebros de mayores de 18 años pero arriesgado para los de menos de 18”, afirma a BBC News el profesor Terrie Moffitt del Instituto de Psiquiatría King College de Londres y miembro del equipo de investigación. “Los resultados son una buena noticia para todos los pacientes que utilizan cannabis como medicamento”, ha dicho Franjo Grotenhermen, Presidente de la Asociación Alemana por el Cannabis como Medicamento, en un comunicado de prensa de la ACM. “Un consumo moderado de cannabis, como el que se hace como tratamiento o el que hacen los adultos, no provoca deterioro ponderable”.