Somos el resultado de todas las acciones que premeditamos y luego materializamos en el exterior como método de existencia, cada una de nuestras conductas, nos llevaran a un propósito encomendado o que construiremos a lo largo de nuestras vidas. El individuo buscara siempre respuestas a una realidad que por azar fue otorgada, la cuestionara según sus características y realidades a base de una sociedad cuyas reglas se construyen en la convivencia y bienestar. La identidad del individuo, es la esencia de la evolución de un intelecto que se edifica por medio de estímulos y un sentido de pertenencia que acata las reglas de un grupo social para pertenecer a él.
Nada que Cesa es una exposición del artista Colombiano Fernando Arias donde recopila ideas sobre flagelos sociales relacionados con el Estado y sus hilos de poder en el Conflicto Armado. Esta exposición es el resultado de la sensatez de un ciudadano que representa la indignación de muchos frente a lo corrupta que puede llegar a ser la Clase Política, adentrando al publico en el repaso de un Conflicto armado manipulado por los intereses personales de un pequeño conglomerado, donde se promueven ideologías que acaparan la división de la humanidad y la clasificación de ella en colores, uniformes y banderas que desprenden odio hacia quien no piensa igual.
Una perspectiva apartidista en contra de la ignorancia de las ideas políticas, que cree tener la persona del común en una imposición ideológica en una Democracia poco participativa donde no se toman en cuenta a las minorías, comunidades afro e indígenas e incluso sus habitantes, una obra que maneja enfoques críticos hacia un Estado que ha minimizado y ha dejado a la deriva territorios que son víctimas de este Conflicto.
Nada que cesa nace como alusión al himno de Colombia escrito por Rafael Núñez a finales del siglo 19 tras la “Independencia de Colombia” y la disolución de La Gran Colombia, en aquel fragmento se enuncia “Ceso la horrible noche” la misma palabra que uso en su discurso el Ex Presidente Juan Manuel Santos en el año 2016 en la mesa de instalación de los Diálogos de la paz en la Habana-Cuba con las Farc, celebrando una paz de turno como su gobierno, una paz que no garantizo la vida, dignidad y derechos de lideres y lideresas sociales que posteriormente fueron asesinados de manera sistemática tipificandose esta conducta en un genocidio y violando tratados internacionales de Derechos Humanos adoptados por nuestro país.
Recopilando diferentes sucesos sociopolíticos como este, Fernando Arias logra plasmar en sus piezas artísticas un activismo agresivo a aquellas cuestiones de las cuales no queremos hablar y confrontar, demostrando una vez mas que el Arte es la herramienta adecuada para llegar a la conciencia de una Colombia que busca la verdad, la justicia y no la repetición de estos actos denigrantes. Además, deconstruye los símbolos que “nos representan” unos símbolos embaucados como nosotros mismos frente a lo que ocurre en nuestro país, toma cada uno de ellos y los modifica con la ironía con la cual los medios de comunicación maquillan el horror con un error de desinformación, pero Arias plasma lo contrario, la verdad a su manera.
Una instalación audiovisual que pretende envolver al receptor a un escenario de múltiples realidades que desde la Ciudad o privilegios es aislada como algo sin importancia, cuando de manera directa o indirecta nos ha afectado y clasificado incluso como una víctima más de esta falsa guerra.
Arias logra demostrar que la Religión es una herramienta de poder de manipulación de masas y psicología del estado para ganar credibilidad ante sus actos impuros, a sabiendas que Colombia en su Carta Política fundamenta un estado laico (Estado con Libertad de culto y pensamiento) pero en realidad no se ve materializado ya que existe la intromisión del proselitismo religioso y político, viéndose vinculada como una institución hipócrita que solo promueve odio a quienes piensan distinto.
Colombia pide un cambio y todo empieza desde nuestro ser, no soy de derecha ni de izquierda represento a aquellas personas que indignadas protestamos una transformación social, lógica y humana para el bien de todos y todas.
“Si no expresamos lo que nos agrede entonces seremos conformistas, débiles y nadie nos tomará en cuenta: todo seguirá igual. Hay que sortear el camino que vamos a tomar, escoger las palabras y acciones adecuadas para hacerlo e incluso a quienes va dirigido el mensaje que se quiere concientizar”.
Fernando Arias Gaviria
Por: Panfleto Negro.
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