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Electro qué?

Electro qué?

Si hay un género electrónico que ha sufrido una mayor “contaminación lingüística” en los últimos años, ese ha sido el electro. Kraftwerk, Afrika Bambaata, Egyptian Lover, Cybotron… . ¿Qué pensarán los creadores del género de quienes hablan con esta ligereza de electro tal y electro cual?…


Por Manuel Romero
http://www.culturanocturna.com/especiales/especial.php?id=63

Hace tan sólo unos años, cuando el electro convivía plácidamente con el techno y el house, géneros predominantes durante tantos años en los clubes de todo el mundo, casi ajeno a ellos y en el underground más total y absoluto, seguramente que muy pocos podrían pensar que el electro se convertiría años más tarde en un sufijo que daría lugar a un género musical más pasajero que inmortal, el electrohouse. La irrupción (o más bien reinvención) de dos dúos: Tiefschwarz (antes trío) y Black Strobe, marcó un antes y un después en las mentes de muchos que todavía andaban rebuscando en busca de un milagro entre las cenizas del electroclash. La formula funcionó de maravilla durante poco más de dos años. 2004 y 2005 fueron los años en los que el electro house centralizó todas las miradas de los dj´s resacosos de Gigolo y compañía y de los selectores que ya intuían en el emergente minimal un hastío inmediato en las pistas de baile más mayoritarias.

Las dichosas melodías “joropo”. Pero…, ¿cual es la razón de esto?. ¿Por qué este cambio? Hace tan sólo unos años, cuando el electro convivía plácidamente con el techno y el house.

Los nórdicos Trentemøller y Martinez ponían a su vez su granito de arena, intentando edificar un puente entre dos mundos. Ahora, unos deambulan hacia el minimal, otros no se saben muy bien entre qué dos tierras. Pero… ¿qué ha sido del electro house y sus rescoldos?. ¿Hay vida todavía para el electro house?.

Chaquetas, peluquerías y D&G
No han sido pocos quienes pensaron en la necesidad de un “cambio de chaqueta” desde el house tribal y comercialote hacia el electro house y sus cantos de sirena a ritmo de bajos gordos y graves “ñonoñoguistas”. Muchos fueron los “techno heads” y los “house masters” que no dudaron en tomar el relevo de las trompetas y la percusión e implantar sucias vocales de chicas provenientes del mismísimo infierno y graves por aquí y allá. Muchos graves, que no falten… . Los bares fashion del lugar se llenan de chicos y chicas con ropa de firmas caras y sus contoneos y poses ya no tienen lugar al ritmo de Roger Sánchez (en algunos sitios, es cierto, aún sí), sino al de Benny Bennassi y sus dichosas melodías “joropo”. Pero…, ¿cual es la razón de esto?. ¿Por qué este cambio?. La razón bien podríamos preguntársela a David Guetta, que ni corto ni perezoso se sacó de la manga aquel “The World Is Mine” donde peluquerías y economatos varios encontraron su banda sonora perfecta para el corte de mechón o la compra de la barra de pan industrial de cada día. Cotidianidad y modernez mal entendida juntas de la mano.

Que no le extrañe a nadie que Umek o John Acquaviva (Carl Cox también, me consta por su último cd mix), se unan al carro del electro house, aunque, por muy mal que lo quieran hacer, nunca al nivel de los anteriormente mencionados. Ellos, en su día, fueron buenos en los suyo e incluso ahora, pueden aportar cosas que nunca harán los ex houseros comerciales.

Viviendo en la oscuridad
Al margen de todo esto, y con Tiefschwarz y Black Strobe viendo para donde tirar, Alemania comienza a parir sellos y artistas que encajan con el término electro house en cantidades ingentes. Unos, antes afines al techno, otros precursores del electro techno que preconizó años antes Johannes Heil…, pero todos en una escena más o menos agrupable.

Great Stuff, Craft Music, Pickadoll… . Muchos son los labels y otros tantos los responsables de llevarlos adelante. Sven Väth apoya desde su imperio Cocoon a casi todos ellos y ex leyendas electroclash como The Hacker no dudan en pinchar Kaliber o Rekorder entre clásicos EBM o techno pop. Tampoco la fiebre minimal es ajena a este fenómeno “electroalgo”, con muchos productores a medio camino entre uno y otro mundo. El “guoguo” del que antes hablábamos encuentra en estos nombres su propio underground. Puede que sus canciones no suenen en el supermercado de la esquina (ojalá), pero su fórmula comienza a dar evidentes síntomas de cansancio.

Los de siempre
Dj Hell, los mencionados Cox, Acquaviva o Umek. Muchos de ellos pinchan, producen o gustan de este “electroalgo” que ya no sabemos si es techno o house o todo lo contrario. El propio Väth no le hace ascos, ni mucho menos su amigo, el otrora adalid del electro Anthony Rother, que comanda el imperio de los bajos gordos y los graves potentes: Datapunk. Incluso Alter Ego se descolgaron hace años con un tema claramente “electroalguista” cono “Rocker” que vendió miles de copias. Ellen Allien le hizo un hueco al pistero “Washing Up” en un catálogo, el de Bpitch Control, que presume de jugársela por los sonidos menos convencionales. Lo que ustedes quieran, pero la pela es la pela.

¿Futuro?
Y es que no tiene nada de malo el electrohouse, ni el electro techno, incluso si me apuran prefiero escuchar mientras hago la compra el “no sé qué In Detroit” ese que a El Canto del Loco o Shakira. Con estas líneas únicamente pretende hacer reflexionar a quien quiera prestarles atención. Y es que hay que ver con la facilidad que ponemos el “prefijo” electro a todo…