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Ciudades del futuro: con rascacielos y sin automóviles

Ciudades del futuro: con rascacielos y sin automóviles

Los Emiratos Arabes, cuna del ‘oro negro’, han decidido convertirse en el paradigma del urbanismo ‘verde’ internacional. Las autoridades de este paí­s no quieren esperar a que se acabe el petróleo y han buscado alternativas energéticas que abastezcan a sus nuevas ciudades y sean menos contaminantes.

 Ciudades del futuro: con rascacielos y sin automóviles

Así­, en Abu Dhabi ha comenzado a construirse Masdar (“la fuente”, en árabe), “la primera ciudad libre de carbono del mundo”, como la ha definido el Prí­ncipe Mohammed bin Zayed al-Nahayn, que generará su propia electricidad y su agua potable “independientemente de los combustibles fósiles”.

Pese a la ausencia absoluta de agua, temperaturas que rebasan los 55 grados durante todo el año, y a la debilidad de los ricos emiratí­es por los grandes todoterrenos, el autor del proyecto, Norman Foster, se ha comprometido a convertir a peatones, ciclistas y transporte público en los amos de la nueva urbe. Plantas desalinizadoras alimentadas por energí­a solar, que también será la fuente básica de electricidad para el resto de servicios, aire acondicionado accionado por turbinas eólicas, y un sistema de transporte basado en pequeños vehí­culos que se moverán sobre ví­as magnéticas, ayudarán a hacer este sueño realidad. Además, Foster asegura que este modelo podrá exportarse “a todas partes”. ¿Utopí­a o realidad?

El experimento
í‰sta es, precisamente, la pregunta que se hace el arquitecto Juan Herreros. En su opinión, las premisas sobre las que trabaja Foster son “acertadas”, y “necesarias”, y de esta experimentación podrí­an salir conclusiones extrapolables a otras ciudades, pero serí­a muy difí­cil crear una nueva urbe de la nada en cualquier otro paí­s.

En la misma idea incide el también arquitecto Gabriel Allende, que describe Masdar como un “experimento interesante”, pero duda sobre la viabilidad de las emisiones cero de CO2. “Es un tema de moda en todos los grandes proyectos urbaní­sticos que salen a concurso a nivel internacional, pero el objetivo ‘cero emisiones’ es difí­cil de conseguir -nos explica-. Se pueden reducir las emisiones empleando energí­as limpias, e intentar ocupar la menor cantidad de suelo posible construyendo en altura, pero poco más”.

En España se han llevado a cabo proyectos experimentales de “barrios sostenibles” en varias provincias. Es el caso de las ecociudades de Valdespartera (Zaragoza), o Sarriguren (Navarra), entre otras. Aunque, según Aurelio í¿lvarez, presidente del Consejo de la Construcción Verde de España (CCVE), estos proyectos aún distan mucho de pasar con nota el examen de sostenibilidad de este organismo independiente. Algo que, sin embargo, sí­ ha conseguido la Villa Olí­mpica de Pekí­n, galardonada con la certificación Leed Oro.

Es el reflejo de una preocupación internacional por el cuidado del medio ambiente y por la búsqueda de nuevas materias primas ante el agotamiento de las tradicionales. Una cuestión que en el mundo de la arquitectura se traduce en un esfuerzo constante en pro de la sostenibilidad, que se ha convertido en “el paradigma de la arquitectura moderna”, según í¿lvarez. En su opinión, actualmente existen dos tipos de urbanismo en el mundo: el modelo seguido por el “área anglosajona” (Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, e incluso el norte de Alemania), ligado a la baja densidad, los chalés adosados o individuales con jardines, y las zonas de esparcimiento, donde se impone el uso del coche; y el modelo llevado a cabo en Francia, Italia, Portugal, los paí­ses nórdicos, Japón, Taiwán, China, e incluso España, donde se construye a lo alto, y no a lo ancho, y el suelo se ocupa casi en su totalidad por edificios; su ventaja: el transporte público.

í¿lvarez considera que ambas tipologí­as urbaní­sticas tienen pros y contras, y el ideal se encuentra en el punto medio, que, opina, “es la tendencia internacional”. Así­, el presidente del CCVE cree que ese modelo ideal al que tienden las ciudades de todo el mundo es aquel donde se construyen casas en altura, sin llegar a ser rascacielos -salvo en las grandes urbes con mucha densidad de población-; donde se emplean las energí­as limpias incluso para el transporte público, que es el rey; aquel que integra la naturaleza dentro de la ciudad; donde las tiendas, los colegios y otros servicios están cerca de las casas; y que emplea materiales reciclados y reciclables para la construcción.

Vida verde en las alturas
Y es que, contrariamente a lo que pueda parecer, “la ciudad en altura ofrece muchas ventajas”. Así­ lo cree Herreros, para quien las ciudades extensivas, aquellas que apuestan por las viviendas diseminadas, “arrasan con la naturaleza y son difí­ciles de mantener en tiempos de crisis”, porque el coste de acercar los servicios a cada barrio es mayor que en el caso de edificios concentrados, nos explica.

En opinión de este arquitecto, son los “prejuicios históricos” de la sociedad los que nos han hecho ver hasta ahora a grandes urbes como Nueva York o Tokio como un sí­mbolo de ciudades sucias y congestionadas. Pero este problema tiene solución. Para Herreros sólo es cuestión de eliminar la congestión de las ví­as, evitando el uso del vehí­culo privado y apostando por el transporte público movido por energí­as limpias, y concentrando distintos usos en cada edificio. Es decir, que en un mismo bloque puedan encontrarse viviendas, oficinas y tiendas, de tal manera que “los recorridos horizontales se sustituyan por los verticales (ascensores, escaleras mecánicas), que contaminan menos”. Así­, las ciudades en altura pasarán a relacionarse con ciudades verdes que, además, generan riqueza.

í‰se parece ser el futuro que se dibuja en el horizonte. Un futuro en el que la energí­a solar nos proporcionará el agua caliente y la calefacción, donde el agua de lluvia se empleará para regar parques y jardines, que quizá se encuentren en las azoteas o en el interior de los edificios. Un futuro donde las bicicletas y los autobuses impulsados por hidrógeno tomarán el asfalto, que estará fabricado con neumáticos reciclados. Un futuro donde vivir en un décimo será algo normal.

Soito.es

By: www.villa17.blogspot.com