Siete guías turísticos en situación de discapacidad hacen recorridos por las calles del Centro.
Siete guías turísticos en situación de discapacidad hacen recorridos por las calles del Centro.Los ciegos escuchaban atentos al guía turístico que hablaba en la Plaza Botero.
Carolina Higuita, quien estaba allí de paso, no despegaba su atención de la voz del hombre que contaba la historia de la ciudad.
Según ella, quien también es guía, no la contó bien. Higuita es la presidenta de Orientatours, la primera agencia turística del país conformada por invidentes, personas con visión reducida y hasta mutilados por el conflicto.
La empresa inició labores a principios de este año y aún no recibe sus primeros clientes. “En los seis meses que llevamos solo hemos guiado a estudiantes del Sena que se capacitan como auxiliares de operador turístico.
Estamos esperando a los primeros turistas que crean en nosotros”, dice Higuita quien le echa la culpa de tanta soledad a la falta de mercadeo y de difusión.
Hasta ahora no se ha cumplido el eslogan de Orientatours: ‘Nadie ha visto la ciudad con otros ojos’.
Sí, con los que ellos le descubren al turista durante el recorrido por el patrimonio del centro de Medellín, que se convierte en sonidos, olores y superficies de bronce, ladrillo y piedra que aún están por sentir.
Higuita dice que no tirarán la toalla y que algo saldrá de tanto esfuerzo.
Sin embargo, de 22 promotores turísticos que iniciaron ya solo quedan siete. Quienes se fueron lo hicieron acosados por las necesidades y por la falta de ingresos, pues todos provienen de barrios necesitados.
Hugo López, gerente de la Agencia, también cree firmemente en su éxito y en las amplias posibilidades que tiene para crecer.
Lo que cuenta entre líneas es que la historia de cada guía a la espera de turistas guarda un drama personal ya superado.
“Hace unos meses a uno de nuestros compañeros le declararon ceguera total. Le entregaron el bastón y él se puso a llorar”, recuerda López sobre lo que significa dejar de ver sombras para pasar a la penumbra.
López nunca se quita sus gafas Ray-ban y cuando está de buen ánimo saluda y responde con trovas, lo que le queda de su herencia montañera.
Es reservado y trabajador, se le apunta a lo que sea para sobrevivir: sus compañeros cuentan que en cierta ocasión hasta vendió chicles en una de las estaciones del metro, donde estaba a merced de la bondad de los policías de turno.
Orientatours, reiteran Carolina y Hugo, no quiere regalos ni que la gente sienta lástima por ellos.
Buscan apoyo y por eso, al final de sus jornadas laborales, se dedican a pensar nuevas estrategias para la empresa.
De cuenta de ese esfuerzo se ganaron en el 2011 el premio de Capital Semilla de la Alcaldía de Medellín con el que dotaron su organización de computador y muebles.
Carlos Mario Cano R.
eltiempo.com
Medellín
