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Los "liquidadores" de Fukushima sacrificarán sus vidas para salvar a Japòn... ya no habiendo nada mas que hacer.

Los “liquidadores” de Fukushima sacrificarán sus vidas para salvar a Japòn… ya no habiendo nada mas que hacer.

Los "liquidadores" de Fukushima sacrificarán sus vidas para salvar a Japòn... ya no habiendo nada mas que hacer.Cerca de 50 trabajadores se quedaron en las instalaciones de la central nuclear para enfriar las unidades dañadas y el material irradiado. Están dispuestos a sacrificar sus vidas por salvar a la nación. Baku Nishio, del Centro de Información Ciudadana, opuesto a la energía atómica, estimó como “grave” que el destino del país esté en manos de un grupo de trabajadores “como último recurso”.

Cuando Tepco buscó a 20 más para participar en las operaciones, recibió varias candidaturas de empleados que habían sido evacuados al inicio de la crisis.

Entre ellas figuraba la de un hombre de 59 años que estaba a año y medio de jubilarse, anunció su hija en un mensaje conectado con Twitter tras la catástrofe. “No pude impedirme de llorar cuando me enteré que mi padre iba a ser enviado mañana (…) En la casa, mi padre parece un tanto desbordado, pero nunca he estado tan orgullosa de él”, señala.

Según David Brenner, director del centro de investigación radiológica de Columbia Service, los trabajadores de Fukushima 1 están expuestos a un “riesgo significativo” dados los altos niveles de radiactividad que se ha medido en el lugar.

“Ellos ya son héroes… Van a soportar exposiciones muy elevadas a la radiación”, dijo Brenner a la BBC.

La gratitud hacia los “liquidadores” japoneses, que recuerda la que suscitaron los hombres que se batieron en Chernobyl, Ucrania, hace 25 años, no impide las críticas a la forma como han organizado las operaciones en el lugar tanto Tepco como la Agencia de Seguridad Nuclear nipona.

Su misión
Los liquidadores son expertos en el manejo de barras de uranio y plutonio. Cada año se meten dentro del reactor para comprobar que todo está funcionando bien.
Esta fase se conoce como “la parada”. Un grupo de trabajadores se mete en el reactor, en frío, en las zonas radiactivas, protegidos con trajes especiales muy resistentes que les permiten acercarse a cinco o seis metros.
Sin embargo, el riesgo para la salud de los trabajadores de Fukushima es mucho mayor ya que se han metido al reactor con temperaturas muy altas y los neutrones pueden penetrar su ropa y su ADN. “Es un trabajo como el del minero. Se sabe que la vida dura un cierto tiempo y nada más. Hay gente que lo acepta”