Los expertos recomiendan que las personas duerman un mínimo de siete horas cada noche y sigan una rutina constante a la hora de acostarse. Sin embargo, cuando una persona comienza a acercarse a la mediana edad, la cantidad promedio de sueño nocturno disminuye 30 minutos cada década. Además, tienden a acostarse más temprano y a levantarse más temprano. El cambio gradual hacia acostarse y despertarse más temprano se atribuye principalmente a cambios en el cerebro. A medida que envejecemos, el cerebro, al igual que otros sistemas corporales, se vuelve menos receptivo.
El cableado del cerebro probablemente no detecta… ni responde a las entradas tan bien como debería porque es un cerebro envejecido”
La luz del día, las señales sociales, los horarios de las comidas y la actividad física actúan como marcadores que nos ayudan a establecer dónde nos encontramos en un día. Si se le confina en una habitación oscura y sin ningún estímulo externo como luz o comida, además de ser una forma de tortura, también resultaría extremadamente difícil determinar qué día y hora es. En el caso de los adolescentes, sus cerebros están en sintonía para recibir e interpretar estas señales. Por el contrario, la degeneración cerebral natural en los adultos mayores altera los vínculos en el cerebro. En consecuencia, las personas mayores tienden a sentirse fatigadas más temprano en el día en comparación con las generaciones más jóvenes, lo que les lleva a acostarse más temprano y, por lo tanto, también se despiertan más temprano.
Los ojos también desempeñan un papel importante a la hora de recibir señales externas y, por supuesto, la visión cambia con la edad. Curiosamente, parece ser que los cambios en la visión que se producen con la edad reducen la intensidad del grado de estimulación lumínica, lo que juega un papel importante en ‘configurar’ nuestro reloj circadiano y mantenerlo encaminado. El impacto se refleja en los niveles de melatonina del cuerpo, que a menudo se conocen como la hormona del sueño y normalmente comienzan a aumentar después del atardecer. Sin embargo, la tendencia a acostarse más temprano y despertarse más temprano es una parte natural del envejecimiento.
FUENTE: wikiany.net
