Es necesario reducir el uso de combustibles fósiles.
Basándose en análisis de datos sobre contaminación atmosférica en más de 6.000 ciudades de 117 países, la OMS afirma que el 99% de la población global respira aire que no cumple las directrices de seguridad actualizadas. Estas conclusiones son el resultado de una combinación de datos recolectados por miles de ciudades. Sin embargo, estos habitantes respiran niveles peligrosos de partículas finas y de dióxido de nitrógeno, y las más expuestas son las poblaciones que viven en países de ingresos bajos o medio.
La mayoría de las medidas a las que alude el informe fueron tomadas entre 2010 y 2019, para la OMS, las conclusiones del informe revelan la importancia de reducir el uso de combustibles fósiles y la adopción de otras medidas concretas para reducir los niveles de contaminación del aire. Las actuales preocupaciones energéticas destacan la importancia que reviste la aceleración de la transición hacia sistemas energéticos más limpios y más sanos. Los elevados precios de los combustibles fósiles, la seguridad energética y la urgencia de hacer frente al doble reto sanitario de la contaminación del aire y del cambio climático subrayan la necesidad urgente de progresar más rápidamente hacia un mundo mucho menos dependiente de los combustibles fósiles.
El dióxido de nitrógeno se asocia a enfermedades respiratorias, en especial el asma, y genera síntomas respiratorios (como tos, dificultades para respirar, etc.) que pueden conducir a hospitalizaciones o a acudir a urgencias. Las partículas son capaces de penetrar profundamente en los pulmones y en la circulación sanguínea, provocando problemas cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorios.
