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Déjà Vu - Quien No Lo Ha Vivido?

Déjà Vu – Quien No Lo Ha Vivido?

Una anomalía en una subregión del hipocampo podría generar una respuesta neuronal errónea…

Científicos del MIT estadounidense han hecho públicos los resultados de una investigación que relaciona el tan conocido como extraño fenómeno del “déjà vu” con una subregión del hipocampo del cerebro: el gyrus dentatus, en el que se originan las respuestas neuronales que se producen cada vez que conocemos un lugar nuevo. Si esta región falla, como se ha demostrado en un experimento con ratones modificados genéticamente, se pueden solapar reacciones neuronales diversas dando lugar a una sensación de “ya visto”.

Este fenómeno, por tanto, tendría un origen neuronal que, de ser definido, ayudaría a desarrollar tratamientos destinados a paliar ciertos desórdenes de la memoria, así como los fenómenos de confusión y desorientación que sufren las personas mayores, a las que en ocasiones les cuesta distinguir lugares y experiencias similares, informa el MIT en un comunicado.

La formación de recuerdos referentes a lugares y contextos se da en una región del cerebro denominada hipocampo, que forma parte del sistema límbico cerebral y participa en la memoria y en la orientación. Asimismo, el hipocampo está relacionado con la retención a largo plazo de la información espacial, y es una de las primeras estructuras que resultan dañadas cuando se desarrolla la enfermedad del Alzheimer, lo que ocasiona los clásicos problemas de memoria y desorientación de las personas que la padecen.

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Los ratones genéticamente modificados del experimento de Tonegawa carecían de un gen del gyrus dentatus, lo que permitió estudiar las respuestas cerebrales subyacentes al recuerdo de lugares específicos, así como contemplar las diferencias neuronales con respecto a ratones comunes.

Para ello, dos grupos de ratones (uno de ellos formado por animales genéticamente modificados y otro por ratones normales) fueron colocados alternativamente en dos cámaras similares, en una de las cuales se les golpeaba en las patas.

Después de tres días, todos los ratones comenzaron a dar señales de estar asustados dentro de ambas cámaras, incluso en aquélla en la que jamás se les había infringido daño alguno. Sin embargo, tras dos semanas de pruebas, los ratones normales habían aprendido a relacionar sólo una cámara con los golpes, reconociendo la segunda como segura.

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En cambio, los ratones modificados genéticamente demostraron una incapacidad significativa de distinguir los dos contextos, que eran muy parecidos. Según los científicos, el estudio demuestra que la plasticidad del gyrus dentatus, o la habilidad para cambiar en respuesta a la experiencia, contribuye al aprendizaje espacial y a la generación de respuestas neuronales distintas, según donde nos encontremos.

La importancia del gyrus dentatus en todos estos procesos, demostrada por la modificación genética de esta región del hipocampo en ratones, por tanto, implicaría que pudiera estar relacionada con los fenómenos del déjà vu, que nos impiden ver o percibir como nuevos espacios que nunca hemos visto antes.