Durante mucho tiempo se ha sabido que los cerebros de los adictos a drogas presentan diferencias, pero no se sabía si esas diferencias eran resultado del abuso de sustancias o existían previamente.
El nuevo estudio, financiado por el Consejo de Investigación Médica (MRC) del Reino Unido, intentó responder a esa pregunta comparando los cerebros de 50 adictos a cocaína o crack con el cerebro de sus hermanos no adictos, que nunca habían utilizado las sustancias.
Encontraron que tanto los adictos como los hermanos no adictos tenían las mismas anormalidades en la región del cerebro que controla la conducta, los circuitos frontoestriatal.