POR: Jes?s Risco Rojas, Barcelona, Espa?a
http://eldeseoperverso.blogspot.com/2006/08/ayayay-el-hi5.html
No recuerdo qui?n fue la persona que me invit?, hace ya mil a?os, al mundo posero y siniestro del jaifaif. Tampoco viene al caso desvelar da?inas identidades ni desempolvar vicios ajenos, que para eso me sobran los m?os. A mucha honra y salud por eso. Y pues, un poco de eso y otro tanto de aquello —los m?os y los ajenos, me refiero— es de lo que trata este manifiesto, as? que, como dir?a el Veco, “o?do a la m?sica”.
Amo Internet. Es el invento del siglo, as? de contundente y sin duda ni murmuraciones. Chapeau! Pero no solo por ese rollo del desarrollo de las informaciones ni del primer mundo, sino porque me cae como anillo al dedo. Es decir, que por obra y gracia de las tres vedobles, mi vida se ha simplificado fascinante y perezosamente, y no paro de saltar en un pie –siempre mentalmente para evitar el desgaste y las lesiones— desde que rara vez tengo que pisar bibliotecas, oficinas burocr?ticas, agencias bancarias, oficinas postales y tiendas pornos.
Gran parte de mi vida actual, pasiva y sedentaria, multidisciplinaria y universal, todo a la vez, estar? siempre agradecida a Internet porque sencillamente Internet lo sabe todo. Y sabe, sobre todo, como encantar a las personas, como darles un poquito de buena fama, de contacto con el mundo y salida a flote, o sea, un humilde diezmo de caridad que los usuarios sabr?n agradecer infinitamente. Porque en el mundo de Internet, claro que s?, no hay nada m?s que decir, en este mundo cibern?tico est? el gloriosis?simo y fecundo y siempre sonriente jaifaif (hi5) para los mortales.
En el hi5 est?n todos. Absolutamente todos. Porque el jaifaif es la casa de citas, el pub de los viernes y s?bado, los parques y plazas domingueros, los uiquenes en el sur –incluido inviernos—, el punto cual aleph donde todo coincide. Solo que m?s bonito y m?s fashion y con mejor sonrisa y totalmente fotog?nica. El jaifaif es, en resumidas cuentas, el para?so de las vanidades. Ergo mi para?so medi?tico y posero, uno m?s.
En el jaifaif tengo apenas un pu?ado de fotograf?as que me ha costado millones de partos. Y cada vez que me doy una vuelta por los “perfiles” y “galer?as de fotos” de aquellos que me visitan en los ?ltimos 30 d?as [1], confirmo y reconfirmo que la gente se toma este trabajo muy en serio. En cada palabra, en cada imagen, se nota un esfuerzo concienzudo y pocas veces dilatados, laxados, de lo que se denomina ‘saber venderse’. El jaifaif se convierte en poco tiempo y con aplastante autoridad en el term?metro de tu vida social, el que decide si eres alguien que puede salir a una discoteca este fin de semana o quedarte en casa a ver divid?s piratas [2].
?Pero qu? pasa cuando el jaifaif perturba su funci?n primaria y b?sica, o sea la de crear personajes de cascar?n o de porcelana? ?Qu? pasa cuando, sin querer ni hab?rselo imaginado, se convierte en la prueba fehaciente de que sus miembros son bastante humanos y comenten fatales errores?
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[1] Saben perfectamente de lo que estoy hablando, no se me hagan: todo el que entra al jaifaif va directo y volando a ese link que te muestra, en p?gina aparte, a colores y con fuegos artificiales, la lista completa de todas aquellas personas, que desde su “sitio”, han entrado a tu “perfil” para verte. Mucha pena da, claro, cuando al dar clic en esa opci?n no ves a nadie, o ves a tu hermana, tu prima fe?sima o, lo que es peor, al peluquero de barrio reencauchado a punta de cirug?as. [2] Sin embargo, e ingeniosamente, hay “perfiles” varios –muchos dir?a yo— que para no caer en las garras del fracaso social, de la exclusi?n permanente y lacerante, de ser luser habida cuenta, optan con mucho tino en crear un “perfil” y una “galer?a de fotos” a la altura de las circunstancias y necesidades: no pasar de la veintena de a?os, bailar desde reggaeton hasta electr?nika –as?, con ka—, ver todas las series de Warner Channel, pregonar la solter?a y, principalmente, poner las fotos de sus mascotas –perros, gatos y loros— en lugar de las suyas no vaya a ser que… ?ayayay!
