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Así avanzan los tratamientos para enfermedades mentales con MDMA y psilocibina

Así avanzan los tratamientos para enfermedades mentales con MDMA y psilocibina

Científicos de las universidades más prestigiosas del país al otro lado del Atlántico como Michael Pollan o Rick Doblin llevan años refrendando el beneficio terapéutico de usar estas sustancias como alternativa a antidepresivos como el Prozac. Hay que tener en cuenta que Estados Unidos lleva también mucho tiempo sufriendo una crisis de los opiáceos que provoca 90 sobredosis cada día, lo que sin duda es una barbaridad, por lo que el esfuerzo de estos popes se ha centrado en descubrir fármacos mucho más efectivos de cara a reducir los síntomas de enfermedades como la depresión o el trastorno de estrés postraumático grave.

Así avanzan los tratamientos para enfermedades mentales con MDMA y psilocibina

Se prevé que estas dos sustancias sean aprobadas para su uso terapéutico por la FDA en 2023, lo que podría suponer un cambio total en el tratamiento de personas con depresión resistente o trastorno postraumático”

Ahora, un nuevo estudio realizado por Doblin y su equipo y publicado en la revista ‘Nature Medicine’, vuelve a situar a estos tratamientos tan polémicos y demonizados por la medicina tradicional en el punto de mira, al conseguir remitir los síntomas de pacientes graves gracias al uso del MDMA bajo estrecha vigilancia médica, una droga de diseño más conocida como éxtasis. A la par, estos resultados llegan justo después de que el ‘New England Journal of Medicine’ concluyera en otra investigación que la psilocibina sirve para tratar la depresión. Los científicos esperan que llegue una regulación para el éxtasis en 2023, mientras que para la psilocibina habrá que esperar dos años más para que entre en las farmacias.

Pero esto solo es la punta del iceberg, ya que las mejores universidades del país, como Harvard o Stanford, están compitiendo para crear centros de investigación en psicotrópicos, así como multitud de inversores ya están financiando ‘start-ups’ que pretenden comercializar en el futuro estos productos farmacológicos. Mientras tanto, cada vez son más los estados que se suman a la despenalización de este tipo de drogas para su uso terapéutico y también, en algunos casos, recreativo. Ya son muchos los estudios que han demostrado que ni el LSD ni la psilocibina producen la más mínima adicción, a diferencia de los opioides. También está demostrado que no hacen ningún daño a los órganos. En cuanto al MDMA, sí que parece tener un componente más adictivo, pero si se consume en dosis muy bajas el cerebro no sufre ningún peligro. Aunque los científicos que están por la labor de demostrar sus efectos positivos no dejan de insistir en que se necesita más financiación para descubrir posibles efectos secundarios o cómo podría afectar a pacientes con enfermedades previas.

Así avanzan los tratamientos para enfermedades mentales con MDMA y psilocibina

El mayor riesgo, en el caso de los fármacos lisérgicos, es que se produzca en el paciente lo que se conoce como “un mal viaje”, a la par que un riesgo de psicosis en personas con trastornos mentales subyacentes, como admiten algunos informes”

No hay que olvidar que el año pasado Oregón se convirtió en el primer estado en legalizar el uso terapéutico de la psilocibina, seguido de los estados de Denver, Oakland, California y Washington DC. No obstante, expertos en el tema advierten que la prisa por comercializar estos productos en el mercado y el uso recreativo que se les pueda dar, puede provocar una ola de reacciones psicóticas entre la población. Ya que se necesitan protocolos rigurosos y un sistema para capacitar y acreditar a los profesionales de la medicina psicodélica.

FUENTE: elconfidencial.com