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Tabaco, alcohol y drogas (lasemana.es)

?Qui?n no ha fumado un porro alguna vez? He aqu? la pregunta que todos hemos escuchado alguna vez y que emplean los amantes de ciertas drogas para justificar su ilegal afici?n. Las calles de muchas ciudades y pueblos suelen llenarse los fines de semana de j?venes que, hierba en mano, fuman sustancias prohibidas y alucin?jenas como evasi?n a sus supuestos problemas, pues nunca una generaci?n de adolescentes vivi? con tanto lujo, comodidad y bienestar como la presente. Sentados en el suelo, fuman en comuna como en una corrala de cerdos en la que el barro y la mugre ensucia a los cochinos. Incluso convocan toda una jornada de fumeteo bajo el nombre de San Canuto, como si fumar porros fues una actitud que conduce a la divinidad.

La droga es una sustancia que provoca efectos secundarios al ser ingerida y que adem?s genera adicci?n. El tabaco, el alcohol, el hach?s y la coca?na son drogas con distintas consecuencias y diferentes aceptaciones sociales, pero tambi?n legales. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha combatido el consumo de tabaco con una ley tan positivamente restrictiva como incoherente. Ahora se propone hacer lo mismo con una controvertida ley antialcohol que amenaza el sector vin?cola espa?ol. M?s all? del exceso de la ministra, que Zapatero ha ordenado corregir, su Gobierno acierta plenamente al combatir el consumo excesivo de tabaco y alcohol entre j?venes. Por el contrario, sorprende que desde un partido de izquierdas como ICV, socio preferente de Zapatero en el Congreso, se proponga una legalizaci?n total de las drogas con la excusa de acabar con el tr?fico ilegal de estupefacientes.

Es el mundo al rev?s. Legalizar las drogas para acabar con camellos es tanto como abrir las fronteras del pa?s para poner fin a la llegada masiva de inmigrantes irregulares. Pero a?n peor, es cerrar los ojos al problema de fondo: el vac?o humano y la ausencia de valores del adicto. Detr?s de cada consumidor de drogas siempre hay una carencia, bien sea afectiva, informativa… Quienes promueven la legalizaci?n de las drogas suelen ser relativistas de sus letales consecuencias e incluso coqueteadores de sus m?ltiples tentaciones. Son falsos progesistas que confunden el camino del progreso y falsos liberales que ?nicamente fomentan el libertinaje irresponsable. Creen que un porro o una raya de coca?na carece de peligro para la salud. En virtud de esa falacia no s?lo proclaman que las drogas son inofensivas sino que generalizan su consumo hasta preguntarse qui?n no ha fumado un porro alguna vez. Pues yo. He aqu? alguien que nunca ha probado las drogas y siempre se ha opuesto a ellas. Sin verg?enza ni complejo lo proclamo. Eso es lo que necesitan los j?venes. No m?s connivencias, no m?s mensajes ambiguos. Hace falta una verdadera oposici?n desde las instituciones, la cultura y los medios de comunicaci?n para que todos los adolescentes comprendan que ponerse de droga no pone nada.