En años recientes se ha popularizado una sustancia llamada Kronic o Spice, una versión sintética de la marihuana que en muchos países sigue siendo legal, por lo que goza de gran éxito comercial a pesar del dudoso proceso que conlleva su producción.
Recientemente se ha popularizado en diversos países una sustancia conocida como Spice (también llamada Kronic, voodoo, caos o puff). Al parecer se trata de un sustituto legal de la marihuana, o al menos así es como se ha promovido para su comercialización. Esta versión sintética provoca efectos similares a los de la legendaria cannabis pero con la mediocre ventaja de que es legal. En realidad se trata de una mezcla de hierbas (hierbabuena, lily azul, entre otras) que es rociada con múltiples químicos con el fin de proyectar sensaciones similares a las que se experimentan al fumar marihuana.
La Spice puede fumarse o también ingerirse en forma de píldoras. De acuerdo con algunas personas su potencia es mayor que la mayoría de clases de marihuana crecida en interiores, razón por la cual se le considera un viable detonador de cuadros psicóticos. Sin embargo, lo cierto es que hasta ahora no existe ningún estudio serio que haya investigado los efectos de esta sustancia a nivel neurológico, razón por la cual exponer conclusiones favorables o negativas sería un ejercicio puramente subjetivo.
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Originalmente la Spice salió al mercado en el año 2000 y se vendía como una mezcla de hierbas legales que producían un efecto muy similar a la marihuana. Pero en 2008 se llevó a cabo un análisis de laboratorio y los investigadores comprobaron que en realidad se trataba de una hierba rocía con diversos canabinoides sintéticos, entre ellos cannabicyclohexanol, JWH-018, JWH-073, y HU-210. Lo anterior hace de la Kronic, de algún modo, una droga de diseño (aquellas sustancias que combinan múltiples químicos con la intención de generar un cierto estado en el sistema nerviosos que se traduzca en experiencias psicoactivas).
Existen dos grandes marcas que distribuyen este producto alrededor del mundo (exceptuando los países que ya han tomado medidas legales para evitar su consumo): se trata de Spice y K2. En el caso de la primera, es tan popular que incluso muchos consumidores llaman a esta sustancia por ese nombre, aunque en realidad se trate solo de una marca. En muchos casos la Kronic se comercializa como incienso “herbal”.
Varios países europeos (Francia, Reino Unido, Alemania, Rumania, Suiza, Suecia, Irlanda, Rusia y Austria) han incluido en su listado de sustancias ilegales a por lo menos cinco de los canabinoides sintéticos empleados para producir Kronic. Lo mismo ha sucedido en la mayoría de entidades de Estados Unidos y Australia (uno de los países donde goza de mayor popularidad). En el caso de América Latina, Chile es el único país que ha impuesto una ley en contra de la también llamada “marihuana sintética”. Pero los mayores problemas que han enfrentado las autoridades en su intento por prohibirla es que, por un lado, existen más variedades de canabinoides que aún no se incluyen en la lista y que el consumo de Kronic, a diferencia de la marihuana, no se detecta mediante una prueba ordinaria de orina.
Pero más allá de aplaudir las medidas de prohibición que están imponiendo cada vez más países en torno a la Kronic, lo cual difícilmente sucederá en Pijama Surf, parece que lo más obvio es que quien quiera experimentar con los efectos de la marihuana debería, en lugar de estar probando versiones sintéticas de esta planta sobre las cuales poco se sabe, fumarse un buen porro de cannabis, una práctica milenaria y sobre la cual existen decenas de estudios serios que exponen claramente los riesgos y las mieles que existen en torno a su consumo.