🌏︎ FOR INTERNATIONAL BUYS CLICK HERE ✈

Siete cosas que no sabías sobre los efectos de la música

1. Mejora el vocabulario. De acuerdo con una reciente revisión publicada en la revista Nature Reviews Neuroscience por Nina Kraus, de la Universidad Northwester (EE UU), durante el entrenamiento musical para tocar un instrumento se establecen conexiones neuronales que mejoran también otros aspectos de la comunicación humana. De ahí que los niños con formación musical tengan un mejor vocabulario y capacidad de lectura. También explica por qué los músicos son capaces de escuchar mejor una conversación cuando hay ruido de fondo que el común de los mortales.

images

2. ¿Música de fondo? Tanto si reproducimos una canción de Lady Gaga como si optamos por un disco de música clásica, escuchar música mientras desarrollamos una tarea cognitiva -como estudiar o redactar un informe- reduce el rendimiento, según un artículo publicado hace poco en Applied Cognitive Psychology. Lo mejor en estos casos, dicen sus autores, es el silencio.

 

2. ¿Música de fondo? Tanto si reproducimos una canción de Lady Gaga como si optamos por un disco de música clásica, escuchar música mientras desarrollamos una tarea cognitiva -como estudiar o redactar un informe- reduce el rendimiento, según un artículo publicado hace poco en Applied Cognitive Psychology. Lo mejor en estos casos, dicen sus autores, es el silencio.

3. Ritmo para hacer deporte. Científicos de la Universidad de Brunel demostraron en 2008 que escuchar cierto tipo de música, fundamentalmente de los géneros rock y pop, podemos aumentar nuestra resistencia al ejercicio físico intenso hasta un 15%. El estudio fue publicado en la revista Journal of Sport & Exercise Psychology.

4. La música, por la izquierda. Según un estudio realizado hace unos años en las universidades de California y Arizona (EE UU) y publicado en Science, el oído derecho recoge mejor los sonidos del habla, mientras que el izquierdo, responde mejor a la música. “Incluso al nacer, el oído está estructurado para distinguir entre los diferentes tipos de sonidos y enviarlo al lugar correcto en el cerebro”, concluía una de las autoras del estudio, Barbara Cone-Wesson.

5. Música y alcohol. La música alta en los bares incita a beber más alcohol en menos tiempo, según una investigación francesa difundida en 2008 por la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research. Además, cuanto más alto es el volumen de la música más rápido se consume la bebida.

6. Buena para la circulación. Científicos del Centro Médico de la Universidad de Maryland han demostrado que escuchar música puede beneficiar al sistema cardiovascular tanto como hacer ejercicio o tomar ciertos medicamentos. Concretamente, analizando la respuesta de los vasos sanguíneos con ultrasonidos mientras escuchamos música, Michael Miller y sus colegas comprobaron que el diámetro de los vasos, medido en la parte alta del brazo, aumenta un 26% con nuestra música favorita. En contraste, la música que calificamos como estresante hace que los vasos se contraigan un 6%. Los experimentos mostraron también que escuchando canciones que invitan a reír los vasos sanguíneos se dilatan un 19%, mientras que la música relajante produce una expansión del 11%.

 

7. Con los ojos cerrados. Estudiando los cerebros de 15 sujetos con ayuda de resonancia magnética funcional, Yulia Lerner, de la Universidad de Tel Aviv, demostró el año pasado que cerrar los ojos aumenta el efecto emocional que nos produce la músca. Concretamente la doctora Lerner utilizó música de miedo del estilo de la empleada por Alfred Hitchcock en sus películas.Y comprobó así que la actividad de la amígdala, una zona del cerebro vinculada a la sensación de miedo, aumentaba mucho más con los ojos cerrados que si se mantenían abiertos.

70 Views

1. Mejora el vocabulario. De acuerdo con una reciente revisión publicada en la revista Nature Reviews Neuroscience por Nina Kraus, de la Universidad Northwester (EE UU), durante el entrenamiento musical para tocar un instrumento se establecen conexiones neuronales que mejoran también otros aspectos de la comunicación humana. De ahí que los niños con formación musical tengan un mejor vocabulario y capacidad de lectura. También explica por qué los músicos son capaces de escuchar mejor una conversación cuando hay ruido de fondo que el común de los mortales.

2. ¿Música de fondo? Tanto si reproducimos una canción de Lady Gaga como si optamos por un disco de música clásica, escuchar música mientras desarrollamos una tarea cognitiva -como estudiar o redactar un informe- reduce el rendimiento, según un artículo publicado hace poco en Applied Cognitive Psychology. Lo mejor en estos casos, dicen sus autores, es el silencio.

3. Ritmo para hacer deporte. Científicos de la Universidad de Brunel demostraron en 2008 que escuchar cierto tipo de música, fundamentalmente de los géneros rock y pop, podemos aumentar nuestra resistencia al ejercicio físico intenso hasta un 15%. El estudio fue publicado en la revista Journal of Sport & Exercise Psychology.

4. La música, por la izquierda. Según un estudio realizado hace unos años en las universidades de California y Arizona (EE UU) y publicado en Science, el oído derecho recoge mejor los sonidos del habla, mientras que el izquierdo, responde mejor a la música. “Incluso al nacer, el oído está estructurado para distinguir entre los diferentes tipos de sonidos y enviarlo al lugar correcto en el cerebro”, concluía una de las autoras del estudio, Barbara Cone-Wesson.

musica-efectos
5. Música y alcohol. La música alta en los bares incita a beber más alcohol en menos tiempo, según una investigación francesa difundida en 2008 por la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research. Además, cuanto más alto es el volumen de la música más rápido se consume la bebida.

6. Buena para la circulación. Científicos del Centro Médico de la Universidad de Maryland han demostrado que escuchar música puede beneficiar al sistema cardiovascular tanto como hacer ejercicio o tomar ciertos medicamentos. Concretamente, analizando la respuesta de los vasos sanguíneos con ultrasonidos mientras escuchamos música, Michael Miller y sus colegas comprobaron que el diámetro de los vasos, medido en la parte alta del brazo, aumenta un 26% con nuestra música favorita. En contraste, la música que calificamos como estresante hace que los vasos se contraigan un 6%. Los experimentos mostraron también que escuchando canciones que invitan a reír los vasos sanguíneos se dilatan un 19%, mientras que la música relajante produce una expansión del 11%.

7. Con los ojos cerrados. Estudiando los cerebros de 15 sujetos con ayuda de resonancia magnética funcional, Yulia Lerner, de la Universidad de Tel Aviv, demostró el año pasado que cerrar los ojos aumenta el efecto emocional que nos produce la músca. Concretamente la doctora Lerner utilizó música de miedo del estilo de la empleada por Alfred Hitchcock en sus películas.Y comprobó así que la actividad de la amígdala, una zona del cerebro vinculada a la sensación de miedo, aumentaba mucho más con los ojos cerrados que si se mantenían abiertos.

Fuente

2 Views

Los bailarines también entrenan mentalmente
Hace unos años, un equipo de investigadores de la University College London (UCL), en Reino Unido, descubrió que en nuestro cerebro existe un “sistema espejo” que responde de forma diferente cuando vemos a un bailarín hacer una pirueta según estemos entrenados o no para ejecutar ese movimiento. Las neuronas que lo forman están “afinadas” para el repertorio de movimientos propio de cada individuo. Una de las principales conclusiones del hallazgo, según sus autores, es que atletas y bailarines podrían continuar entrenando mentalmente cuando sufren una lesión física.

Los genes de la danza
Tras analizar el código genético de distintos profesionales de la danza, en la Universidad Hebrea de Jerusalén han encontrado diferencias importantes en dos genes: el gen encargado de codificar el transportador de la serotonina, un neurotransmisor que entre otras cosas contribuye a la experiencia espiritual, y un receptor de la hormona arginina-vasopresina, que según estudios recientes modula nuestra capacidad de comunicación social. “Ambos son genes vinculados al aspecto emocional del baile” puntualiza Richard Ebstein, coautor del estudio.

Inteligencia relacionada con el movimiento corporal
Junto a la inteligencia lingüística, la musical, la lógica/matemática, la espacial, la intrapersonal, la interpersonal o la espiritual existe una inteligencia corporal o cinestésica, que puede definirse como la habilidad para controlar los propios movimientos corporales y manipular objetos con cierta maña. Este tipo de inteligencia, según Howard Gardner, es la que está detrás de la capacidad del bailarín para “ver-y-hacer”, transformando una imagen visual dinámica o ciertas órdenes sonoras en una acción física.

Bailar samba debería formar parte del entrenamiento de los futbolistas
Un equipo de investigadores japoneses ha llegado a la conclusión de que bailar samba, una danza brasileña con raíces africanas, favorece un control del cuerpo que puede mejorar las habilidades motoras en actividades tan dispares como tocar un instrumento de percusión o jugar al fútbol. Según el doctor Tomoyuki Yamamoto y sus colegas del Insitito Avanzado para la Ciencia y la Tecnología de Japón, “ejercitar el movimiento de las caderas es esencial para mejorar la movilidad de otras zonas del cuerpo”, posiblemente debido a la proximidad de esta zona a nuestro centro de gravedad corporal. Por eso decidieron probar a entrenar a jugadores de fútbol bailando samba. El resultado: una importante mejora del rendimiento deportivo. Lo próximo, dice Yamamoto, será probar los efectos de otros bailes en los deportistas.

Nuestros antepasados también danzaban
Geoffrey Miller, psicólogo evolutivo de la Universidad de Nuevo México (EE UU), cree que “música es lo que ocurre cuando un simio antropoide tropieza y entra en el paraíso evolutivo de la selección sexual desbocada, de la exhibición acústica compleja”. El autor cree que cantar y bailar formaban un conjunto de rasgos indicadores para nuestros antepasados cuando escogían pareja, especialmente para las hembras. El baile y el canto ponían de manifiesto la buena forma física, la coordinación, la fuerza y la salud.

El baile puede ser terapéutico
Científicos de la Universidad de Missouri (EE UU) han llegado a la conclusión de que bailar puede ser terapéutico al alcanzar la tercera edad, ya que mejora considerablemente el equilibrio y reduce el riesgo de caídas y lesiones.

Existen coreografías basadas en las matemáticas del caos
En los años noventa una estudiante de ingeniería del popular Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), Diana S. Dhabi, decidió utilizar las matemáticas del caos para componer música a piano. Siguiendo su ejemplo, los científicos norteamericanos Elizabeth Bradley y Joshua Stuart han creado recientemente varias secuencias de movimientos basadas en el caos partiendo de piezas clásicas. Incluso han desarrollado una versión caótica del popular baile asociado a la canción Macarena. Y todo a través de un software original desarrollado por ellos mismos, el Chaographer. El resultado es una danza original y “agradable para la vista”, aseguran. Además de que “enseñar estos resultados en clase es una forma muy efectiva de motivar a los estudiantes para que aprendan más sobre las matemáticas del cuerpo rígido y el caos”.

Por eso y por mucho mas…. MALA MUSICA NO BAILAMOS !!!!!

0 Views