By: Daniel Tamayo
Medellín como toda ciudad moderna y multicultural ha tomado varias posiciones respecto a los gustos sobre los subgéneros que surgen de la música electrónica pero al mismo tiempo los subgrupos culturales que allí habitan se han encargado de parcializar cada uno de estos subgéneros con posiciones determinadas. Posturas como “el único”, “el mío” o “ese es el sonido”, crean perspectivas egocéntricas y hasta narcisistas puesto que entienden una parte de la música electrónica como un todo y no como una vertiente que conserva historia, autores, evolución y transcendencia, haciendo que la pluralidad se haga en un segundo plano.
Esas formas de asumir la singularidad, ha desencadenado gran cantidad de muchedumbre que se ve impulsada a seguir su grupo preferido de bukeadores y/o de djs con alabanzas hechas hashtags, puesto que la filosofía que se les impone es la de perpetuar el gusto particular de su líder que pretende parcializarlos tal cual un partido político y se olvida que al confinarse en un solo género se les está aislando de personas que comparten la misma escena, participan del mismo espacio y cooperan en el mismo tiempo.
Se nos olvida que es sano cambiar alternativamente y por supuesto que dudar de lo que ya está establecido nos convierte en individuos con carácter, abriendo así, un mundo de posibilidades que nos puede llevar a investigar y explorar entre el House, Disco, Drum and Bass, trance, Ambient, Minimal, Progressive, Acid, Deep, toda la infinidad de vertientes que nacieron de los pilares y por supuesto el Techno. La música al igual que la cultura actual ha llegado a un punto de hibridación tal, que hablar de pureza sonora sería ridículo porque hasta nuestros padres de Detroit y Chicago han entendido que la pista de baile es un universo lleno de subjetividades.
Por consiguiente deja que tus oídos entren en melodía para que logren diferenciar hasta en las sesiones más puras los matices que fluctúan entre un género y otro, así como en el toque de tu dj favorito diferencias la curva que se necesita para que el cuerpo se prepare para el calentamiento, pase por el parche y llegue a la euforia deseada.
