El descubrimiento del canto de ballenas jorobadas hecho por los biólogos Roger Payne y Scott McVay, provocó un cambio en la percepción de estos gigantes. Pasaron de considerarse como monstruos gigantescos a criaturas gentiles e inteligentes. Desde entonces los investigadores han dedicado esfuerzos para descifrar la ciencia detrás del canto de las ballenas, el misterio de qué hay detrás de sus vocalizaciones y sorprendentemente cada día se encuentran más evidencias.
No sólo se trata de sinfonías marinas aleatorias, sino que refleja mucho de las poblaciones de ballenas jorobadas. Una reciente investigación descubrió que el canto de las ballenas refleja su historia geográfica y social. Al igual que las correlaciones en los seres humanos entre genes, la comunicación y los patrones de migración de las ballenas jorobadas están escritos en sus canciones.
Los humanos compartimos tradiciones culturales que juegan papeles importantes en la configuración de las sociedades. Lo que describimos como cultura, que es el comportamiento compartido o la información dentro de una comunidad adquirida a través de alguna forma de aprendizaje social, podría no ser sólo intrínseca de la humanidad. El más claro ejemplo de esto lo vemos en los primates, pero en un giro inesperado los biólogos han descubierto que también sucede en los cetáceos.
El santuario marino de las ballenas
Al norte se Nueva Zelanda, en el Pacífico Sur, se ubican un conjunto de seis islas conocidas como las Islas Kermadec. Estas albergan a un majestuoso santuario marino que incluye poblaciones de ballenas. Las islas Rangitahua y Raoul, pertenecientes al conjunto de islas y son un sitio de convergencia importante donde se cruzan numerosas rutas migratorias de ballenas que recorren Oceanía.
“Si bien se ha demostrado la convergencia y la transmisión dentro de una población de ballenas durante la migración y en sus zonas de invernada, el intercambio de canciones y la convergencia en una ruta migratoria compartida sigue siendo difícil de alcanzar”, explica la Dra. Ellen Garald de la Universidad de St. Andrews.
Sin embargo, un reciente estudio podría desvelar los secretos detrás de la ciencia del canto de las ballenas. Durante septiembre y octubre de 2015, investigadores de la Universidad de St. Andrews grabaron cantos de ballenas que pasaban por las Kermadecs. De igual manera capturaron cantos en el este y oeste de Australia, así como en las partes occidentales y centrales del Pacífico Sur.
Las ballenas intercambian sus cantos
Las grabaciones de un total de 52 ballenas permitieron descifrar al menos 3 tipos básicos de canciones. El tipo 1 se encontró más en Pacífico Central y la Polinesia Francesa. El tipo 2 se escuchó con mayor frecuencia en el océano occidental. Mientras que el tipo 3 se encontró exclusivamente en el este de Australia.
Pero no resulta así de sencillo. Al igual que la música de los humanos, el canto de las ballenas está compuesto por temas, que son grupos de frases y que a su vez se componen de grupos de notas. Sorprendentemente los científicos encontraron similitudes entre las canciones de los cetáceos y así pudieron descifrar dónde había nacido cada ballena. Para confirmar sus conclusiones, recurrieron a datos como fotografías y marcadores genéticos. De esta manera comprobaron que los cruces migratorios las poblaciones de ballenas intercambian cantos y aprenden nuevas frases.
Fuente: Ecoosfera