Un reciente estudio revela los recelos de muchas mujeres sobre este fármaco, aunque los expertos destacan su seguridad siempre que esté indicado por un médico.
indica José Gutiérrez Alés, ginecólogo y presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC). “Ya no se comercializan aquellos anticonceptivos, que provocaban toda una maraña de síntomas; hemos llevado las pastillas a la mínima dosis indispensable para conseguir el efecto anticonceptivo”.
Y, a pesar de todo, las mujeres siguen presentando ciertas reticencias a tomarlas. Es lo que pone de manifiesto la última encuesta publicada por la Sociedad Española de Contracepción (SEC) el pasado noviembre sobre hábitos de consumo de anticonceptivos, donde, a pesar de confirmar que la píldora anticonceptiva es el segundo método de prevención de embarazos más usado en España, solo por detrás del preservativo, se destaca que los frenos más importantes a su consumo tienen que ver con la preocupación de las mujeres por su salud (61,5%) y, dentro de estos, lo que más inquieta son los riesgos derivados del uso de hormonas (29,1%).

Los efectos secundarios más frecuentes son tensión mamaria, retención hídrica, cefalea, ligero aumento de peso, incremento de celulitis, inhibición del deseo sexual, acné, alteración del estado de ánimo o manchas en la cara. Efectos que, tal y como asegura Francisco Carmona, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y catedrático de la Universitat de Barcelona, son “leves y bien tolerables”.
Si las pastillas son seguras, ¿por qué algunas mujeres siguen teniendo estas preocupaciones? Gran parte del problema viene precisamente de una comunicación insuficiente con la paciente: “Hemos descubierto hace ya mucho tiempo que la formación específica en anticoncepción era muy deficitaria“