El Informe Mundial sobre Calidad del Aire 2020 de IQAir registró que las emisiones relacionadas con seres humanos de industrias y transporte cayeron durante los confinamientos de covid-19. En ese sentido, el 65% de las ciudades analizadas a nivel global tuvieron una mejor calidad del aire en 2020 en comparación a 2019. Alrededor del 84% de las naciones encuestadas informaron mejorías en la calidad del aire en general. Es decir, los confinamientos para detener la propagación del coronavirus llevaron a que la calidad del aire mejorara en la mayoría de países. Sin embargo, el estudio advierte que el nivel de contaminantes probablemente aumentará a medida que los gobiernos suspenden las restricciones y las economías vuelven a ponerse en marcha.
Muchos lugares se observan con un aire visiblemente más limpio. Lo que revela que mejorar la calidad del aire es posible con una acción colectiva urgente.
Los investigadores analizaron datos de contaminación de 106 países, midiendo específicamente el PM (partículas en suspensión o material particulado) 2,5. Este es justamente un contaminante microscópico que puede causar serios riesgos para la salud. Singapur, Beijing y Bangkok registraron las mayores reducciones en PM 2,5. Cabe recordar, que estas tres ciudades impusieron confinamientos estrictos y cierres comerciales generalizados por el covid-19. Sin embargo, el informe advirtió que el efecto positivo en la calidad del aire no va a durar. Los niveles de contaminación probablemente aumentarán a medida que las estrategias de contención del covid-19 terminen y los negocios reabren. Hotan, una ciudad oasis en la región occidental de Xinjiang de China, fue calificada de la ciudad más contaminada del mundo en 2020. Sus niveles anuales de PM 2,5 promediaron 110,2 microgramos por metro cúbico. Una cifra que representa 11 veces más que el objetivo de exposición anual de la Organización Mundial de la Salud. En el pico de contaminación en Hotan, esa cifra se disparó a 264,4 en marzo, alcanzando de sobra el nivel «peligroso».
La degradación de la tierra que causa el hombre y el cambio climático también aumenta la severidad de las sequías. Las cuales, a su vez, crean tormentas de arena y tormentas de polvo más frecuentes que contribuyen a la contaminación extrema. Los incendios forestales devastaron partes de los Estados Unidos, Australia, Suramérica, Indonesia y más. Este fenómeno provocó picos importantes en la contaminación del aire y emitió enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Sao Paulo, Los Ángeles y Melbourne, ciudades afectadas por incendios forestales severos, tuvieron el mayor aumento en los niveles de PM 2,5 en comparación con 2019.
Fuente: cnn.com