La estación La Estrella se entrega hoy y pronto contará con ascensores y rampas para discapacitados.
Un piso táctil para los invidentes, taquillas a la altura de las personas que se movilizan en silla de ruedas, ascensores de última tecnología y un acceso a nivel, son algunas de las novedades que tendrán, en pocas semanas, las estaciones Sabaneta y La Estrella para las personas en situación de discapacidad.
La Estrella, la última fase de la extensión al sur, será inaugurada hoy con la presencia del presidente Juan Manuel Santos.
Con ésta y con la de Sabaneta, entregada en días pasados, más de 57.000 habitantes tendrán acceso a todo el sistema integrado de transporte (metro, metrocable, metroplús y buses).
Pero lo novedoso es la estrategia en infraestructura que usa el Metro para mejorar la movilidad de las personas en situación de discapacidad.
En Sabaneta, por ejemplo, se está ejecutando un contrato para la instalación de cuatro ascensores los cuales funcionarán desde el 30 de septiembre.
En la estación La Estrella, además de dos ascensores de última tecnología que entrarán en operación en octubre, contará con plataforma mecánica que funcionaría en enero de 2013 y con un acceso a nivel, único en el país.
‘Discapacidad nos enseña’
De acuerdo con Jairo Gutiérrez Henao, profesional de la gerencia Comercial y Social del Metro, la empresa ha invertido en la accesibilidad para todo el sistema alrededor de 5.000 millones de pesos en los últimos 10 años.
“La discapacidad es un asunto que nos obliga a aprender todos los días pero también a enseñar, y el metro se convierte en un escenario de ciudad que enseña y aprende. Lo que le podemos decir a las personas con discapacidad es: permítanos aprender”, expresó Gutiérrez.
Por eso, hace algunos meses, el Metro contrató a 12 personas con diferentes discapacidades para que eduquen a sus pares en cómo usar ese transporte. Julián Jaramillo y Juan Esteban Mejía hacen parte del grupo: “Enseñamos a las personas que no deben pisar la línea amarilla o correr en las estaciones”, manifestó Julián, quien tiene un retardo mental leve que no le permitió culminar la primaria.
A Juan Esteban, por su parte, la movilidad reducida no le impide ayudar a quienes padecen la misma enfermedad: “Si andan en silla de ruedas uno les colabora y les explica”.
Ellos dos, y sus compañeros, estarán también en las dos nuevas estaciones para hacerle la vida más fácil y de manera pedagógica a las personas discapacitadas que usan el sistema masivo de transporte.
