Global Music Vault se cimentará en Project Silica de Microsoft, una tecnología diseñada para almacenar datos a largo plazo en cuarzo mediante el uso de láseres de femtosegundo, una tecnología avanzada que permite crear grabados a nanoescala. Para leer los datos se utiliza luz polarizada a través de cristal.”
Vivimos en un mundo donde existen varios riesgos que comprometen la estabilidad de nuestra civilización. Hablamos, por lo general, de eventos catastróficos naturales, como el supervolcán de Yellowstone, artificiales, como un posible “invierno nuclear”, o espaciales, como la caída de un meteorito semejante al que provocó la extinción de los dinosaurios; ante este escenario, hace tiempo que nos venimos preparando para hacer frente a sus posibles consecuencias devastadoras como, por ejemplo, proyectos generales como el de la “Bóveda del fin del mundo” que busca preservar semillas.
Lo cierto es que, además de las necesarias semillas, no sería mala idea guardar para las futuras generaciones algo de nuestra cultura. En este sentido ha surgido Global Music Vault (Bóveda mundial de música), una iniciativa que tiene como objetivo preservar algunas de las piezas musicales más importantes de todos los tiempos por 1.000 años. La solución, según Microsoft, que es uno de los socios de este nuevo proyecto, está en almacenar las pistas musicales en obleas de cuarzo. Estas, según se explica en una página web oficial, pueden soportar condiciones extremas, como inundaciones y altas temperaturas sin comprometer la integridad de los datos. Además, no se deterioran fácilmente con el tiempo, lo que las convierte en un soporte muy fiable.
Por ahora, Project Silica se encargará de preservar una amplia variedad de expresiones musicales de todo el mundo con Global Music Vault. La bóveda estará ubicada en la isla de Spitsbergen en el archipiélago de Svalbard, Noruega, es decir, en la misma zona en la que se encuentra la bóveda de semillas. Se trata de un lugar desmilitarizado por 42 naciones, considerado como “uno de los lugares más seguros de la tierra“. En la primera tanda incluirán el trabajo de la artista británica Beatie Wolfe, canciones del Polar Music Prize de Suecia, la Biblioteca musical de Alexander Turnbull de Nueva Zelanda y la Biblioteca Internacional de Música Africana. Si todo sale bien, este pequeño fragmento de nuestra cultura debería preservarse por cientos y cientos de años.
Fuente: xataka.com