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Ley busca prevenir que menores se vuelvan adictos al juego.

Ley busca prevenir que menores se vuelvan adictos al juego.

Amanecer encima de una máquina tragamonedas en un lugar en el que los relojes no existen, dejó sumido a Diego, de tan solo 23 años, en una profunda depresión. Su adicción es el juego.

El camino hacia su infierno comenzó a los 13 años, un 24 de diciembre, en una máquina de póquer de Barranquilla. “Ese día me gané 10.000 pesos”.Pero este joven adquirió su destreza desde muy niño. “Yo tenía un tío que me enseñaba a barajar y siempre jugábamos cartas, parqués. Era algo normal”, contó.

Sin embargo, a los 17 años ya invertía en máquinas de barrio sumas de dinero más altas. “Apostaba 10, 20, 30.000 pesos y salía hasta con 400.000 pesos. Siempre quería más”.

En medio de su afición este joven -en ese entonces estudiante universitario- sentía la necesidad de tener dinero. “Quería ser el macho man, tener un estatus”.

 

Por eso, pisó por primera vez los casinos de esa ciudad y de ahí en adelante su vida comenzó a consumirse en las máquinas. En esas mismas que son llamadas por algunos el ‘bazuco electrónico’. “A los seis meses estaba internado en un centro de rehabilitación, pero no mejoré”, contó.

Diego se fue de su casa y comenzó a trabajar, pero todo el sueldo lo gastaba apostando. “Me quedaba desde las 6 de la tarde hasta las 7 de la mañana del día siguiente jugando. Antes dejaban fumar y uno hasta comía en los casinos”.

Meses después, pisó suelo bogotano sin saber que en cuestión de días iba a ser conocido en prácticamente todos los casinos de la capital. “El primero en el que entré fue en uno muy cerca a la calle 82, el 16 de abril del 2011. Yo tenía en el bolsillo 300.000 pesos de mi primer sueldo. Entré en la mañana y salí en la tarde con 1’200.000 pesos”.

Diego salió para su casa, dejó una parte y, sin pensarlo, salió a la calle a jugar más. Lo perdió todo. “Luego volví por el que había guardado y también lo perdí”, contó. Esa era su historia diaria.

Ley busca prevenir que menores se vuelvan adictos al juego.

De escasos 23 años, conoció sitios de juego clandestinos y conseguía plata ‘pateando’, como les llaman a las artimañas para poder jugar sin plata.

Conoció a decenas de universitarios que empeñaban sus iPods, celulares o portátiles para poder apostar. “Hay una mafia de personas que le reciben a uno esas cosas o le dicen quién las compra”, contó. Diego llegó a ganar 35 millones de pesos en 4 días y a perder 40 en dos. “Pero yo siempre tenía deudas”.

Mientras todo eso pasaba, su familia sufría. “Es muy duro. Un día lo mandé a consignar una plata y se gastó todo el dinero. Tuve que dejarle de hablar muchas veces para que reaccionara. Era muy mentiroso”, contó Alicia, la madre del joven.

Diego también se gastó la plata de la universidad de su novia en Bogotá y llegó a meterse en negocios turbios para conseguir dinero.

El desespero llevó a Alicia a decirle a su hijo que se fuera de la casa. Diego duró cuatro días metido en casinos de mala muerte, durmió en la calle y hasta lo dejaron quedar en el CAI de la calle 82.
“Sintieron lástima. Yo les dije que había acabado con mi vida”.

 

La historia de Diego, un joven al que ‘las máquinas’ lo consumieron

 


Ahora, está internado en un centro de rehabilitación en Bogotá y su historia fue escogida para grabar un especial de Intervención, un programa del canal A&E Mundo que se trasmite por cable y satélite y que muestra la vida de adictos en el mundo.

Tres meses después, Diego ha podido controlar su ansiedad, pero sabe que va a ser adicto por siempre. “Solo voy en la primera parte de volver a vivir y ser feliz”.

Martha Suescún, sicóloga y directora de Libérate, dice que aumentan los jóvenes que llegan a su centro de rehabilitación para ser tratados por su adicción al juego (ludopatía). “Comienza con videojuegos cerca de sus colegios o en sus casas y termina en los casinos. Se obsesionan y pierden interés por todo”.

Para la experta, lo más grave es que no hay estudios en Bogotá sobre la gravedad de la enfermedad que ella cataloga como un problema de salud pública.

Diego ahora quiere jugársela por la vida, recuperarse y volver a estudiar. “Amo a mi mamá. Por ella, por mi familia y, sobre todo, por mí, quiero salir de este infierno”.

Ley para controlar acceso a videojuegos

La Ley 1554 de 2012, que regula el uso de videojuegos, fue sancionada este año. “Los niños y niñas menores de 14 años no podrán ingresar a los establecimientos que presten servicios de videojuegos por computador, simuladores o consolas”, dijo la representante a la Cámara Gloria Stella Díaz.

La medida ordena que ninguno de estos establecimientos esté ubicado a menos de 400 metros de distancia de colegios e instituciones educativas. Deberá existir una clasificación estricta de los videojuegos y los prestadores del servicio se suspenderán cuando se detecte que dejaron jugar a alguien no facultado para hacerlo.

No hay controles suficientes

Una visita aleatoria de la Personería de Bogotá en 2010, en los alrededores de 306 colegios distritales y sus 365 sedes, encontró que en el 73% de los casos había oferta para los escolares de juegos de azar y maquinitas,cuando debían estar a más de 200 metros de los centros de enseñanza, según un acuerdo distrital.

“Esa situación induce a los estudiantes a prácticas adictivas que afectan su desarrollo y sana formación”, explica el informe. El estudio realizado por la Personería Delegada de Educación en las 19 localidades urbanas encontró que en el entorno escolar había un total de 334 establecimientos de juegos de azar.

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