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La cabra, la puta de la cabra

La cabra, la puta de la cabra

Al ?ltimo trabajo de Ricardo Villalobos su pol?mico ?Fizheuer Zieheuer?, queremos saber si estamos delante de una verdadera tomadura de pelo o una gran obra maestra. Ha sido incluido en los primeros puestos en casi todas las listas de los periodistas musicales, tanto internacionales como nacionales en lo que consideran lo mejor del a?o 2006.

La cabra, la puta de la cabra

Cabra (director?s cut). La cabra, en general, est? de moda. Unos, influenciados por el satanismo o los textos de tradici?n oral africana de Blaise Cendrars, las sacrifican a Belceb? en gigantescos calderos hirvientes mientras arrojan mu?rdago y elitros de mosca a la sopa en la que bulle la pata de macho cabr?o. Otros peregrinan a la localidad cordobesa del mismo nombre ?patria de Manolo Lama y Txema Alguacil? en busca de m?stica y aventuras. Y luego hay quien samplea a la cabra para construir uno de los maxis m?s peculiares ?aunque habr?a que decir subversivos adem?s? de este 2006 que ya acaba. ?Fizheuer Zieheuer? (Playhouse / Red, 2006) era a lo que estaba apuntando toda la carrera del chileno Ricardo Villalobos: un track en el que, por fin, se unieran minimal y minimalismo, dos familias musicales, una en el contexto dance popular, la otra en el de la m?sica contempor?nea de acceso f?cil al p?blico poco iniciado en sonidos experimentales y acad?micos, a las que les costaba encontrar un terreno en com?n.?Ya hab?a avisado el autor de ?Alcachofa? a finales del a?o pasado cuando public? su white label ?For disco only 2?, dos piezas largu?simas de lentos desarrollos microtonales en los que, justo en su centro, se sampleaban momentos de la banda sonora de ?Koyaanisqatsi? del compositor neoyorquino Philip Glass. Ah? se demostraba que el inter?s de Villalobos por el avantgarde pop y la m?sica contempor?nea ?otro de los puntales del excesivo y magistral doble 12? ?Achso? en Cadenza, donde las alusiones a Morton Feldman y la escuela m?s radical del sonido microsc?pico tipo Richard Chartier no era precisamente gratuitas? no era una aproximaci?n caprichosa, y ?Fizheuer Zieheuer? lo atestigua. Este es el maxi de los records, ya que en total la pieza suma 37 minutos ?del tir?n en CD m?s el a?adido de los 35 minutos de ?Fizbeast? que llevan el total hasta una extenunates hora y cuarto; en vinilo el tema est? dividido en dos partes y supera de largo la media hora?. 37 minutos de repetici?n insistente y variaciones fugaces al estilo de la escuela minimalista de los setenta, la de Steve Reich y LaMonte Young: aunque la ubicaci?n final del track sea la pista de baile, generalmente al final de la noche, cuando todo el club est? vencido, acabado y reclamando la hora, para as? culminar una larga tanda de insomnio con un remate demoledor, descolocante y euf?rico, la estructura y las pretensiones de ?Fizheuer Zieheuer? conectan mejor a?n con las de compositores de partitura y orquesta como Terry Riley o los citados Glass y Reich.

Al techno, la pieza de Villalobos es como el ?Music for 18 musicians? de Steve Reich o el ?Jesus blood never failed me yet? de Gavin Bryars ?composiciones que, en su forma m?s larga, alcanzan los 68 y 75 minutos, respectivamente, de variaciones a partir de un par de ideas que se repiten con insistencia y, lo mejor de todo, sin cansar nunca. Villalobos se ha conformado s?lo con 37 minutos de percusiones que mutan por efecto de los delays y los ecos, a las que se les a?ade alguna caja intermitente y que tienen como elemento unificador un sample como s?lo al chileno se le pudiera haber ocurrido: una trompeta roman? que vuelve a airear la entra?able figura del gitano de la cabra con su escalerilla y el bote de los ?bolos, todo ello apuntalado por un riff, el ya famoso pa-pa-pa-p?, que instaura no s?lo el minimal cabra ?homenaje necesario al dios Luis Lles? sino un ?rdago de atrevimiento freak a toda la escena techno-house actual. ?Fizheuer Zieheuer? podr?a haber durado incluso m?s: esa es la idea del aut?ntico minimalismo acad?mico, alterar por completo la percepci?n del tiempo. Puede que al final peque de excesivamente repetitiva porque, al fin y al cabo, su objetivo es el club, el after e Ibiza y ah? las leyes son diferentes a las de casa o una sala de conciertos, pero lo importante es que ?Fizheuer Zieheuer? ya ha hecho historia. Javier Bl?nquez ?Go Mag n? 73, diciembre 2006