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Intentando romper paradigmas patriarcales en las escenas

Intentando romper paradigmas patriarcales en las escenas

El afamado biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana explica que en nuestras sociedades, históricamente ha existido un imaginario que determina las formas de relación de una manera patriarcal donde la interacción se constituye jerárquicamente, es decir que el poder recae sobre un grupo pequeño de personas y esto hace que la gran mayoría sea seguidora más no propositiva. Lo anterior es un modelo social vertical donde la autoridad desciende desde arriba, generando así violencias y luchas constantes por el poder ya que este está en constante tensión por ser alcanzado. Generalmente estas sociedades están dominadas por hombres; sin embargo, en el rastreo histórico/antropológico de diversas comunidades humanas se ha encontrado que algunas civilizaciones optaron por contribuir al bienestar común de una forma horizontal en donde todos los miembros de la sociedad son tenidos en cuenta; elemento que evita el deseo de poder y genera que cada miembro sea propositivo pues el trato entre todos se da fraternal y cooperativamente, porque además la naturaleza allí ha jugado un papel primordial. Curiosamente, estas sociedades han sido lideradas en su mayoría por mujeres aunque sin dominación de un sexo sobre el otro.

Intentando romper paradigmas patriarcales en las escenas

Lo recién expuesto solo tiene como intención que erradiquemos de nuestro imaginario el hecho de que solo existe una forma de relacionarnos, y sobretodo, que le demos la verdadera importancia que tiene el rol de la mujer en nuestra sociedad. Si continuamos inmersos en paradigmas patriarcales seguiremos replicando conceptos dominantes (y errados), como que “el sexo femenino es el sexo débil”; pareciera increíble que en pleno siglo XXI se deba explicar todavía esto, pero resulta, que aún son titulares de las noticas los siguientes: “Primera mujer que gobierna tal país”, “Una mujer desarrolla tal proyecto” o “las mujeres tiene un índice de desempleo mayor que el de los hombres”…           

Intentando romper paradigmas patriarcales en las escenas

Esta forma de percibir al mundo que principalmente hace parte de los países capitalistas, se traslada a niveles micro de la sociedad como la familia, donde increíblemente aún perduran creencias como por ejemplo que las tareas de aseo y limpieza son actividades femeninas o que el hombre “ayuda” en los quehaceres del hogar. Aclaremos algo: un hombre que realiza los quehaceres de su casa no está ayudando, está cumpliendo con su deber y simplemente es un adulto funcional. Así como este ejemplo básico, permanece un imaginario machista que trasciende a contextos más altos como los escenarios culturales en donde encontramos ideas irracionales como las siguientes que intentaremos deconstruir:         

Intentando romper paradigmas patriarcales en las escenas

O Hombre y su acompañante: ¡A ver! La mujer no está acompañando a nadie a un lugar (fue porque quiso), no es pertenencia de nadie, ni mucho menos es el complemento del hombre; naturalmente es otra persona más en el contexto.

O El hombre paga la cuenta. Esta práctica crea posibles imaginarios como que el que paga la cuenta tiene algún derecho sobre la persona invitada, que es quien suministra y provee o que va a obtener algo a cambio.  

O Ser amable no es sinónimo de coquetería.  

O ¡Se viste como puta! ¿En qué te afecta como se viste alguien? ¿Quién tiene la autoridad para imponer el código de vestuario en espacios de liberación?   

O Dejemos de justificar a los victimarios con frases como “ella se le insinuó”, “le pasó por confiada”, “quien la manda a no estar en sus cinco sentidos” etc. El único responsable de un delito es quien lo comete y por ende el juicio se debe centrar en él con preguntas como ¿qué tipo de perfil psicológico tienen los victimarios?, ¿cuál fue su modus operandi?, ¿qué estrategias utilizó? ¿cómo puedo impedir el abuso?

O Definitivamente un grupo de amigas no está buscando un grupo de amigos.

O Esa vieja es una @$%#! ¿ya analizaste tus actos antes de juzgar a los demás?, ¿realmente conoces a profundidad la realidad del otro?, ¿así quieres que te traten?  

O ¿Qué significa que una mujer esté sola en un evento? NADA, ella no está buscando pareja, quizás ni siquiera fue a hacer amigos.     

O Todo esto nos lleva a que como sociedad nos replanteemos los procesos de venta y consumo con estrategias publicitarias que cosifican a la mujer, donde le restan al rol femenino la dignidad humana y lo convierten simplemente en un objeto más (algo que se usa pero que si luego no sirve, se desecha); quitándole de este modo autonomía, poder de decisión y empoderamiento.

“Somos sociedad porque cooperamos no porque competimos: intentemos una convivencia basada en el respeto, en la colaboración, en la conciencia ecológica y en la responsabilidad social. Así generaremos una cultura que no esté centrada en la guerra, en la competencia, en la lucha, en la negación mutua.” Humberto Maturana.

Por: Daniel Tamayo Mendoza