El filósofo surcoreano Byung-Chul-Han plantea que nuestra sociedad se ha vuelto narcisista, más preocupada por el interés individual que por un encuentro auténtico con el otro. Vemos a los demás como extensiones de nosotros mismos.
El punto álgido de esta manera de relacionarse se refleja en el aumento del consumo de pornografía, donde el otro es un simple cuerpo disponible.
El trato meramente mercantil con el otro puede provocar que se sienta utilizado, no valorado y, tal vez, no valorable por los demás, lo que acaba empujando hacia una espiral de conflictos internos. Esto favorece que los encuentros no se desarrollen cara a cara, sino virtualmente, arriesgando lo menos posible.
La filosofía ayuda a pensar de forma crítica. Nos proporciona una perspectiva valiosa, al poner al descubierto los excesos de nuestra sociedad. También nos ayuda a pensar cómo actuar.
La filosofía nos invita a construir una identidad menos narcisista y más integrada. Fomenta una forma de relacionarnos que valora más el disfrute compartido que el placer individual efímero. También nos invita a revisar nuestras relaciones y a abrazar la complejidad y la riqueza que surge de los demás. Considerar el amor como un encuentro auténtico con el otro nos encamina hacia una sociedad mejor.