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“Estamos en un sistema que no cuida la vida, cuida el capital” Entrevista a JUAN VILLA

“Estamos en un sistema que no cuida la vida, cuida el capital” Entrevista a JUAN VILLA

Esta sí que es una lectura recomendada, hoy más que nunca debemos tener una mirada crítica frente a la actualidad que vivimos y un análisis profundo a la forma de vida que tenemos es fundamental para que comencemos a ser personas conscientes. Medellinstyle tuvo el privilegio de dialogar con Juan David Villa Gómez, psicólogo magister en Cooperación Internacional al Desarrollo, doctor en Migraciones Internacionales y Cooperación Internacional al Desarrollo y docente interno de la Universidad Pontificia Bolivariana, con más de 20 años de experiencia profesional en las Ciencias Sociales y en la Atención Psicosocial.  

  • Hoy vemos problemáticas maximizadas como la desigualdad social, falta de recursos básicos para la población e incluso hospitalarios, es decir, falta de preparación frente a eventos adversos como este.  ¿Cuál es tu percepción sobre el panorama mundial impuesto por el COVID-19 dónde se exacerba la crudeza de la realidad social?

Quiero plantear varios aspectos, lo primero es que habría que hacer una retrospectiva histórica y es que el capitalismo industrial cuando surgió, surgió con esa consigna del libre mercado y los estados tenían muy poca injerencia en la forma como el mercado se regía, eso permitió varias cosas:

  1. La explotación de los obreros
  2. Una acumulación muy grande de recursos en unas pocas manos
  3. Falta de control en todas las operaciones financieras

Lo anterior fue contrarrestado por lo siguiente: El mundo obrero se fue organizando y salieron los sindicatos, las huelgas y lentamente a través de luchas sociales fueron ganado ciertos derechos que reconocieron los estados. Por ende, se constituyeron las jornadas laborales de 8 horas, un salario mínimo, el derecho al descanso, el derecho a las vacaciones, a la seguridad social. Todo esto se logró por muchas luchas a lo largo de casi un siglo, luego en 1929 y después de las dos guerras hubo una depresión muy fuerte de la economía que llevó a que se pensara que los estados tenían que intervenir y regular los mercados, es decir, el estado también era un actor frente a ciertos bienes y servicios que no podían estar sujetos al mercado y por lo tanto tenía que garantizarlos como lo son la educación, la salud, la infraestructura de un país, los servicios públicos entre otros; por eso se crearon lo que se llamaron los estados de bienestar y estos estados de bienestar lo que hicieron fue regular el mercado, redistribuir a través de impuestos que llaman progresivos (A mayor capital, mayor aporte al estado para que se redistribuya en los sectores más bajos de la sociedad) y al mismo tiempo regular la economía y posibilitar unos mínimos vitales para una población. Ahí surgió todo lo que es seguridad social en términos de pensión, salud, seguro al desempleo. Hablo de los estados especialmente del primer mundo, los estados Latinoamericanos en algo estaban tratando de adaptarse (Con muchas dificultades por el nivel de corrupción que siempre han tenido).

“Estamos en un sistema que no cuida la vida, cuida el capital” Entrevista a JUAN VILLA

¡Qué pasó! A partir de la década de los 80, finales de los 70 comienza lo que se llamaron las reformas neoliberales que precisamente volvían a los principios del fundamentalismo del mercado con lo cual se desregula nuevamente el mercado, los mercados financieros volvían a tener libertad para el movimiento de capital, se desregulaba la economía, había apertura económica (Los países debían recibir productos de todas partes del mundo en tratados de libre comercio), la deslocalización (Unas empresas que se iban a países que tuvieran una mano de obra más barata). Todo esto fue generando una serie de reformas; por ejemplo, se pensaban que el estado tenía que ser mínimo y que solamente regía en las operaciones comerciales como árbitro, justicia y toda la parte policial y militar. La salud y la educación dejaban de ser asuntos del estado.

En ese sentido, los diferentes estados del mundo (unos más otros menos) han venido precisamente privatizando estos servicios y haciendo que la salud pública o la salud como derecho sean cada vez menores. Precisamente es por lo que se fue debilitando este sistema y nos encontramos con el ejemplo de España e Italia, que, habiendo tenido una seguridad social muy alta y un sistema sanitario muy bueno, con todo este desborde del del COVID-19, pero además por los recortes sistemáticos que en los últimos 20 años han realizado los diferentes gobiernos sobre la salud pública y la atención sanitaria pública.

Esto hizo que una pandemia como esta llegara y cogiera unos estados debilitados con las crisis subsecuentes que se dieron. De igual manera en Colombia había un sistema de salud regido por el Seguro Social y por un sistema de atención público que se fue cambiando por un sistema mixto que es más o menos copia del Alemán, la diferencia es que aquí lo que llaman las EPS que son instituciones mediadoras entre el estado y los prestadores de salud terminan siendo mediadores financieros cuyo objetivo es empresarial con el fin de tener utilidades económicas mas no prestar un servicio de salud y mucho menos atender la salud como un derecho.

Desde allí se presentaron dos fenómenos:

  1. Que con esta privatización y con esta entrega a manos de corporaciones financieras y privadas se capitalizaran estas mismas en detrimento de la salud
  2. Por otro lado la corrupción que ha operado en este sistema privado y también en el publico

Por lo tanto con las dos cosas, el sistema de salud no está propiamente preparado para atender una pandemia como estas, con la dificultad que puede implicar que si aquí por ejemplo tuviéramos el número de infectados y de personas que necesitaran ser atendidas en cuidados intensivos como lo han tenido algunos de los países europeos, probablemente sería un colapso total como el que alcanzamos a ver en Guayaquil en Ecuador que aunque se ha visto lo han tratado de ocultar porque ese fenómeno es probable que pueda pasar en cualquiera de los estados Latinoamericanos; en Perú en estos momentos están empezando a filtrarse noticias de la provincia de Loreto que colinda con la Amazonía donde se están presentado situaciones similares a la que pasó en la provincia de Guayas y en Guayaquil en Ecuador (Según artículos de la CNN). En Colombia podría pasar algo parecido con la forma como se ha tramitado esta situación, porque si bien se optó por una cuarentena relativamente rápida con algunos retrasos en el cierre del aeropuerto y muy presionado el gobierno para hacerlo (Con las mismas presiones para que se abra nuevamente) y con la disposición que se hizo el 27 de abril para abrir algunos sectores de la economía, cabe dentro de las posibilidades que en algún momento nos veamos abocados a una situación como las descritas con el consiguiente colapso del sistema de salud.

¿Qué implica esto para la humanidad? Pues que tenemos que cambiar el modelo y que uno de los elementos fundamentales es que la salud sea un derecho, obviamente controlando los niveles de corrupción porque dicen que los estados Latinoamericanos son corruptos, pero aquí esta no solo está en los estados sino también en las empresas privadas ya que hay un contubernio entre ambas como lo vimos en el caso de Odebrecht; por lo tanto, se necesitan controles muy fuertes. Enfatizo la salud debe de ser un derecho, administrada como un derecho y dada como un derecho; desde allí el estado tiene que hacerse fuerte en la forma como garantiza la salud a sus ciudadanos, mejorando su infraestructura, su atención sanitaria, todos los sistemas de atención primaria como prevención y promoción, y también todos los niveles de alta complejidad. 

  • Actualmente la discusión está puesta en privilegiar la salud de los ciudadanos o enfocarnos en la economía, yo creo que la una no se puede desarrollarse sin la otra, pero ¿Cómo analizar que hoy las personas están saliendo a buscar su sustento arriesgando literalmente su vida?

Hay un falso dilema, el dilema no es salvar la economía, salvar la vida o la salud, creo mejor que tienen que ser interdependientes, es decir, una economía sin gente sana es una economía que se va a ir al traste y una buena salud necesita de una buena economía. Lo primero que se habría que desarrollar es ¿Qué entendemos por economía? la palabra economía viene del griego “Oikos” que es casa y “Nomos” que tiene que ver con una normatividad (Cuidado de la casa), de ahí también la palabra ecología. Entonces una mirada económica no necesariamente tiene que ver con la mirada neoliberal donde se maximizan las utilidades de quien tiene el capital a costa de la gran mayoría.

“Estamos en un sistema que no cuida la vida, cuida el capital” Entrevista a JUAN VILLA

Por lo tanto, cuando nos están diciendo que hay que salvar la economía habría que pensar muy bien que es lo que estamos intentando salvar, porque la economía se podría salvar de muchas maneras. Keynes (El gran economista del siglo XX) luego de la gran depresión y de la 2da guerra mundial, proponía que un actor fundamental de movilización de la economía era el estado a través de sus obras de infraestructura y con todos sus servicios prestados podía generar empleo y podía además movilizar ingresos para lograr que la gente pudiera contribuir en el sistema productivo. En este sentido una de las cosas que tendría que hacer un estado en una crisis como esta, no sería como lo ha estado haciendo el estado colombiano, salvando a los bancos dándoles dinero para que sean ellos quien lo administre (Algo que se convertirá en créditos que luego van a generar interés para las pequeñas y medianas empresas que están en grave peligro porque no pueden darse el lujo de endeudarse más). Según un informe de la contraloría los subsidios al campo se han quedado en un 90% en manos de los grandes agroindustriales que en vez reactivar la economía campesina (Algo que sería muy importante en este momento), se han dedicado a importar alimentos lo cual no es la respuesta económica a esta situación. Otra cosa es que el estado tendría que intentar subsidiar algunos de los gastos de las PYME como los servicios públicos, pero volvemos al primer punto, ahora las empresas de servicios públicos ya no son en su mayoría del estado, sino que son de particulares que entran en el marco de negocio y por lo tanto no se van a subsidiar.

Ahí viene todo un cuello de botella que este sistema ha venido generando y nos pone en el falso dilema anterior, lo que tendríamos que pensar es ¿Cómo ir transformando la economía de tal manera que se posibilite que toda la gente pueda sobrevivir? Finalmente viene todo el tema de subsidios que más que ayudas, hay una propuesta que se está moviendo a nivel internacional que es una renta mínima universal; si esta se da, no se pueden manipular por ejemplo los subsidios para politiquería ya que eso se le va a dar a todo el mundo, no importa de qué partido político es, ni por quien vote. Es decir, que garantice que todo el mundo pueda tener un mínimo para sobrevivir sobre todo en situaciones como estas ¿Esto cómo se lograría? La propuesta es que a los grandes capitales que fluyen a lo largo del mundo se les ponga un impuesto a sus grandes patrimonios para posibilitar la sostenibilidad. En Europa hay un movimiento que se llama ATTAC que hace muchos años viene luchando por lo que se llama una Tasa Tobin que es un impuesto a la riqueza y al patrimonio en todo el mundo (Para que los capitales no se fuguen a otros países), que sería recogido por una “Institución multinacional” que luego redistribuiría estos recursos en una lucha contra la pobreza y en garantizar esa renta mínima universal.

Estas son básicamente algunas de las propuestas que se pueden dar, obviamente fortalecer el sistema de salud que incluso puede dinamizas otros sectores de la economía. Si hubiera un estado que tuviera una mentalidad distinta a un modelo neoliberal o neofeudal (Esto es otra discusión) que contribuya desinteresadamente a términos de salud, educación, cultura, recreación, servicios públicos, podríamos tener mejores posibilidades de pasar una situación como la que presentó el Covid-19. Lo cierto es que este es un estado mínimo o que se intenta minimizar a pesar de su aparato burocrático. En este sentido necesitaríamos un modelo de estado que haga una mejor redistribución de los recursos para que se haga soportable una cuarentena de larga duración como la que se necesita realmente frente a esta situación para poder salir adelante sin que se afecte del todo lo económico, que de todas formas se va a ver afectado.

  • Se están planteando algunos futuros posibles post-pandemia, marcando como escenarios los siguientes:
    1. Un capitalismo reactivo, es decir más voraz para recuperar lo perdido y obviamente exacerbando la desigualdad social.
    2. Un proto-socialismo o un modelo que le dé más importancia al estado, la naturaleza y al pueblo.
    3. una sociedad disciplinaria al estilo China donde se maximicen los dispositivos de vigilancia y control, y
    4. La reinvención del capitalismo para formas amigables e incluyentes (Algo que es bastante utópico).
    Nota: Obviamente el cambio no se va a gestar desde el poder dominante sino desde el poder social ¿Tomarías partido por alguna de estos escenarios? ¿Qué papel jugamos los ciudadanos de pie allí?

Uno podría decir que en Colombia se han tomado medidas que profundizarían ese capitalismo voraz pues los recursos que ha invertido el estado colombiano en atender la pandemia no han sido muchos (Colombia ha invertido el 1,7% de su PIB, mientras que estados que están al mismo nivel como Perú han invertido el 12% y otros estados de la región están entre 9% y estados europeos llegan hasta el 20%) esto por un manejo basado en esa mirada neoliberal que no implique un gasto fiscal muy grande, que fortalezca el sistema financiero más que la economía productiva. Por ejemplo, reorientaron los subsidios hacia las grandes empresas, es decir, hay una serie de medidas que se han tomado, que lo que harían es ahondar en esa desigualdad porque se están protegiendo más los privilegios de los grandes capitales que a la gente, y estas son medidas que otros estados han tomado y tienen que ver con el capitalismo voraz.

“Estamos en un sistema que no cuida la vida, cuida el capital” Entrevista a JUAN VILLA

Hay otras medidas también muy tenaces porque lo que hacen es proteger el estatus quo (Sistema capitalista) con toda la desinformación y las medidas mediocres como las de Bolsonaro y Trump, que son discursos que afectan demasiado la posibilidad de cuidar la vida de la gente pues vuelven al falso dilema de salvar la economía pues dicen: ¡Esperemos a ver quiénes se van a morir! Creo que esta pareciera ser la solución a la cual se están dirigiendo muchos estados: “Vamos abriendo de a poco y al final nos toca convivir con este virus así haya gente que se tenga que morir, pero no podemos afectar la economía.”

¡Eso tiene tan largo como ancho! Miren, si Colombia se hubiera dedicado a hacer pruebas masivas en esta primera parte de confinamiento muy probablemente tendríamos mejores condiciones para afrontar la situación, sin embargo, no se ha querido invertir en ello porque es muy costoso (No tan costoso como los 7 billones que se les pasaron a los bancos para darles liquides).

¿Por cuál me decanto yo? Lo que pasa es que lo que tú llamas proto-socialismo genera muchas prevenciones. El modelo de un estado de bienestar hasta ahora es el que ha mostrado ser el menos malo de todos, los otros son utopías que cuando se intentaron poner en práctica como en el llamado comunismo histórico en los países de la Cortina de Hierro han terminado en pesadillas como la Unión Soviética que dejó cerca de 40 millones de personas afectadas por los campos de concentración donde murieron más de 10 millones, las hambrunas que dejó ese cambio de sistema en los años 30 por el camarada Stalin y toda la represión en países como Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Hungría; o la corrupción que se genera sistémicamente en países como Cuba o Venezuela, no son datos históricos que se puedan simplemente obviar con este tipo de sistemas autoritarios. Entonces ahí tenemos situaciones muy complicadas donde no se pueden idealizar este tipo de procedimientos, por lo tanto, la utopía nos sirve como horizonte pero en términos de práctica histórica los estados de bienestar o las llamadas social democracias que no atacan al capitalismo sino que le permite convivir con estados fuertes, es hasta ahora como dije lo menos malo que se ha diseñado ya que precisamente hacen una redistribución de la riqueza para generar niveles de equidad en la sociedad y darle así oportunidad a las personas que están en las escalas más bajas de la sociedad.

Esto no desestimula la economía, los países europeos progresaron ostensiblemente bajo ese modelo después de la 2da guerra mundial y creo que un momento de mucho esplendor de los países latinoamericanos se dio bajo ese tipo de modelos, por ejemplo, la protección de la economía a través de la sustitución de importaciones y el fortalecimiento de la industria local como lo hicieron en su momento México, Argentina, Brasil y Uruguay que generaron unos niveles de bienestar altos en estas sociedades. Dicen que el gran problema de esto fue la inmensa corrupción que se presentó, algo que hizo que muchos recursos se desviaran. También el problema de las disputas de las dictaduras y las guerrillas que generaron conflictos internos y afectaron estos procesos, pero allí hay algunas de las posibilidades que se pueden ensayar. Colombia es un país agrícola que podría asegurar su soberanía alimentaria y no depender de nadie para eso ¡Pero claro! Eso lo que hace es que mucha gente no se puede enriquecer, pero si favorece que buena parte de la población pueda tener seguridades y niveles básicos de vida dignos como vivienda, alimentación, trabajo, salud, educación, recreación, cultura y movilidad. Algunos países europeos lo lograron en la segunda mitad del siglo XX y el sistema dominante viene poniéndolo en entredicho.

Lo que está proponiendo Merkel en Alemania es un modelo que profundiza el estado de bienestar con una mirada verde, más ecológica. Alemania se puede dar ese lujo, pero la idea es que todos los estados puedan llegar a un consenso donde se entienda que el modelo actual ha sido depredador y por ende tiene que cambiar de alguna manera. El economista Joseph Stiglitz acaba de escribir un libro que se llama “Capitalismo progresista” donde precisamente están estas propuestas social democráticas, el Papa está apoyando un movimiento en el mundo para hablar de una economía colaborativa no tan competitiva o economías a microescalas, o como otros lo llaman una economía local para que estas puedan hacer intercambios con otras economías sin renunciar a las tecnologías, pero al mismo tiempo sin que se abuse de ellas.

Lo cierto es que esta crisis no va a ser la gran crisis que vino a cambiarnos, no estamos en un escenario apocalíptico propiamente dicho, estamos con un virus que no tiene un nivel de letalidad tan alto según los epidemiólogos, sino que su gran problema es que pasa 15 días desapercibido y luego cuando estalla el número de pacientes es tan alto que no pueden ser atendidos por un sistema de salud colapsado; sin embargo, es un escenario difícil, complejo y crítico. Sería muy grave si nos encontramos con un virus que tenga un nivel de letalidad como el de la viruela que es mucho más alto o incluso otras afecciones respiratorias virales que han sido mucho más graves y que tengan estas características de un alto nivel de contagio como el que tiene el nuevo Coronavirus. Por lo tanto, una de las cosas con las cuales quiero concluir es que la economía implica el cuidado de la casa, una mirada ecológica y al mismo tiempo de la vida ¡Estamos en un sistema que no cuida la vida, cuida el capital! Cuando se dice que es que hay que cuidar el trabajo, lo que están diciendo es que el trabajo produce riqueza que no se redistribuye, sino que se acumula en pocas manos y ese es el gran problema del modelo.

No se trata de generar un modelo proto-socialista o mucho menos uno comunista, sino que realmente pueda haber una redistribución, una economía a escala humana como lo llamaba Manfred Max Neef o Schumacher en su libro “Lo pequeño es Hermoso” donde propone generar esas economías más locales donde se puedan hacer intercambios sin perder la conectividad con el mundo; propuestas interesantes sin satanizar otras miradas. El problema es que el modelo neoliberal tiene características fascistas y de extrema derecha en la medida en que cualquier critica que intente socializar los recursos o hacer una redistribución ya lo llaman comunismo o marxismo cuando no tienen nada que ver. Economistas como John Maynard Keynes o más modernos Joseph Stiglitz y Paul Robin Krugman están proponiendo formas a través de las cuales el mundo podría tener mejor viabilidad y no la escandalosa desigualdad que este virus ha venido a desnudar.

Juan es conferencista, si deseas contactarlo puedes hacerlo al correo electrónico juan.villag@upb.edu.co

Entrevista realizada por: Daniel Tamayo Mendoza