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Conceptos de Mezcla: Elementos de la mezcla

Conceptos de Mezcla: Elementos de la mezcla

Una de las preguntas más frecuentes en el campo de la grabación y producción musical es: ¿Qué elementos hacen una buena mezcla?.
Muchas veces nos encontramos con excelentes mezclas, pero que sus creadores no pueden explicar exactamente cómo las hicieron. Via: http://fdbaudio.blogspot.com

Conocer los elementos que hacen una gran mezcla tiene sus obvias ventajas. En primer lugar, es muy importante saber hacia adonde nos dirigimos y cuáles son los objetivos del trabajo, ya que de esta forma se ahorran tiempo y energí­a. Si podemos decir o imaginar “a priori” lo que queremos alcanzar, será mucho más fácil conseguirlo. Por otro lado, existen muchas opiniones diferentes acerca de cómo debe sonar una canción. Cada uno de los miembros del grupo, el solista o el productor, tiene sus propias ideas, y en algunas oportunidades ni siquiera ellos tienen una visión completamente terminada de lo que quieren.

Aún cuando tengan una idea sólidamente formada, algunos quizás no pueden explicarla porque no conocen la terminologí­a o el funcionamiento de los equipos para alcanzar ciertos resultados. Hay casi tantas formas de mezclar una canción como personas en el mundo, sin embargo, la mayorí­a coincide en que la mezcla debe ser apropiada para el estilo de música, la canción y sus caracterí­sticas, y la gente involucrada en el proceso. Estos tres aspectos son las guí­as básicas para elegir la dinámica musical y emocional que se creará con el equipamiento del estudio.

Conceptos de Mezcla: Elementos de la mezcla

El estilo de música
La gran mayorí­a de los artistas que ingresan en un estudio quieren que sus mezclas suenen como del estilo de música que hacen. Para algunos artistas y estilos musicales las reglas son muy estrictas. Por ejemplo, no aceptan un flanger en el clásico sonido de un bandoneón de tango, o un delay con 10 repeticiones en el bombo de un grupo de folklore. Muchos de estos grupos no quieren que su música suene como si fuera de otro estilo. Con reglas tan estrictas, terminan teniendo una visión muy acabada de cómo deben sonar. Para otros, estar abiertos a la experimentación es la base de su música. Tanto en uno como en otro caso, siempre es conveniente investigar para conocer nuestro margen de creatividad.

Las caracterí­sticas de la canción
A veces resulta obvio pensar en una mezcla que vaya con el estilo de música de la canción, pero otras veces nos olvidamos de asegurarnos que también cumpla con las otras caracterí­sticas. Estas caracterí­sticas incluyen los aspectos vistos anteriormente, como Concepto, melodí­a, ritmo, letras, instrumentación y arreglos, etc. Cada uno de estos aspectos nos llevarán a utilizar nuestras cuatro herramientas básicas (volumen, paneo, ecualización y efectos) de formas determinadas.

La variedad de conceptos en las canciones puede crear muchos y diferentes estilos de mezcla. Por ejemplo, una canción que habla de asesinos en serie, puede mezclarse con una EQ más filosa, efectos más cortantes y una dinámica agresiva con cambios bruscos de paneo, etc. Mientras que una canción de amor nos lleva a una EQ más natural, balance de paneos, efectos envolventes, etc. La naturaleza de la lí­nea melódica afecta nuestra forma de trabajar en la mezcla y usualmente define el tratamiento que se da a las voces. Algunos pasajes con tono más intimista pueden sufrir cambios de efectos para realzar su expresividad, etc.

Si se trata de una melodí­a importante en la canción, podemos considerar hacerla más grande y utilizar algún tipo de efecto de tiempo, como un “doubler”. En cambio si es una melodí­a muy simple, podemos utilizar algunos efectos para hacer algunas partes un poco más interesantes. El plano de las voces está muy relacionado con la lí­nea melódica, ya que normalmente es necesario no perder ningún detalle de la interpretación.

Con las bases rí­tmicas, es preciso observar su complejidad. Si el ritmo tiene muchas notas, trataremos de hacerlo un poco más claro y despejado. Quizás no exista mucho espacio para reverbs o delays, o se necesite una ecualización con más definición. Es normal subir el ritmo un poco, o sólo algunos pasajes complicados para que puedan entenderse en forma clara. Pero a la vez no todos los ritmos complejos necesitan mezclarse adelante. Hay ritmos que de esta forma molestan un poco a la canción (en este punto habrí­a que analizar también si no hay problemas de arreglos o de instrumentación). Los ritmos más simples o espaciados dan más posibilidades de sumar efectos y paneos.

Las armoní­as definen la apertura estéreo de la canción. Cuántas más partes existen, más ampliamente se ubican instrumentos y efectos en el estéreo. El tipo de acordes creados por las partes armónicas pueden alterar su posición, y también su variación a lo largo de la canción. Un acorde disonante puede tener un plano más lejano que uno dulce, o viceversa, y este último puede aprovecharse para poner efectos de tiempo y reverbs. Con las partes uní­sono también se puede jugar con la apertura estéreo, ya que la diferencia de doblaje produce efectos interesantes. Muchas veces las letras o alguna frase en particular define un efecto en la voz, o también puede alterar la EQ de otro instrumento para hacerlo consecuente con la frase.

Frecuentemente, la densidad del arreglo es una guí­a importante para mezclar la canción. Si el arreglo es muy completo, hay dos formas de encarar la mezcla: limpiándolo o llenándolo aún más. Esto último no significa poner efectos hasta que se pierda la claridad. La idea es hacer la mezcla más clara y limpia para que se entienda el arreglo. Aparte de utilizar pocos efectos, los instrumentos suelen ecualizarse un poco más brillantes, ya que cuando hay tantas notas e instrumentos en la mezcla, las frecuencias medias y altas tienden a enmascararse más. Como las bajas frecuencias toman más espacio, añadir más altas frecuencias hace parecer que los sonidos ocupan un poco menos de espacio, simplemente por una cuestión de balance. Es útil considerar también que el enmascaramiento se puede producir por la cantidad de frecuencias medias altas presentes en todos los instrumentos.

Si el arreglo es muy abierto, hay dos posibilidades: mantenerlo así­ respetando su naturaleza, o aprovechar los espacios vací­os para colocar algunos tipos de efectos. Cuanto más espacio existe, los efectos son más notorios y pueden resultar muy interesantes.

La estructura de la canción es otra de las variables que inciden en nuestro trabajo. Existen canciones en las cuales cada sección es casi completamente diferente de la otra. Frank Zappa, Pink Floyd, The Beatles, Queen, por nombrar algunos, tienen canciones en donde la mezcla cambia drásticamente de una parte a la otra. incluso en algunos casos cambia totalmente la instrumentación.

Aún en las canciones que no cambian tanto de parte a parte, se pueden hacer cambios para resaltar algunas cosas. Por ejemplo, el estribillo puede tener más reverb en las voces, o un break puede ser subido de volumen. Se puede subir el tambor de la baterí­a en el estribillo. Una guitarra puede tener diferentes volúmenes a lo largo de la canción. Un puente puede tener diferente reverb, paneo o efectos que el resto del tema para crear variedad. Con respecto a las interpretaciones de los músicos en la canción, no es raro que cuando son muy buenas estén más al frente en la mezcla. Pero cuando no son tan buenas, es normal tratar de disimular una parte y no exponer demasiado los errores. No hay que bajarlas mucho de nivel o esconderlas con mares de efectos, porque aparte de una mala ejecución, tendremos una mala mezcla.

La gente involucrada en el proceso
Una de las partes más difí­ciles de la tarea del técnico es balancear los valores y gustos de la gente involucrada en la grabación. El trabajo del técnico consiste en tomar valores, sugerencias, ideas, de cada uno y compararlas con sus propias experiencias, buscando lo mejor para el proyecto. Un profesional escucha todas las ideas que se exponen y las compara con su gusto y el de la gran audiencia. Debe ser un referente de artistas y productores, discutiendo las posibilidades y trabajando junto a ellos hasta obtener una decisión final satisfactoria. Esta labor, más diplomática que técnica, es uno de los trabajos más difí­ciles e importantes dentro de una producción.

Los problemas se pueden producir cuando hay una diferencia de opiniones con respecto a un punto en particular. Si están convencidos de su postura, existen muchas maneras de explicarlo, pero pocas que den el resultado óptimo. Por ejemplo, si el grupo pide el bombo muy alto en la mezcla. Hay una variedad de niveles en los cuales el bombo puede ser aceptable para el gusto de la mayorí­a. Se puede sugerir: “…para este tipo de música no es frecuente encontrar el bombo tan alto, ¿Realmente quieren que esté a ese nivel?”. Por otra parte, en el medio de una larga sesión trabajo es muy difí­cil mantener una objetividad total. En esos casos puede ser recomendable utilizar algún disco que sirva como referencia.

Es importante para un técnico tener un sentido desarrollado para justificar la toma de ciertas decisiones. Después de todo si nos equivocamos, habrá que aceptar nuestras responsabilidades en el asunto. El técnico experimentado conoce la importancia de escuchar y valorar las ideas de los demás. La mayorí­a de los clientes valoran mucho el interés demostrado hacia sus ideas, lo importante es separar rápidamente las buenas ideas de las malas sin herir susceptibilidades. El trabajo del técnico consiste en captar la esencia de la canción, su emotividad, comprender las letras, con el fin de hacer la mezcla más apropiada.

Muchas veces un productor viene con la idea de que su tema suene como Hit de radio. Alguna gente, sobre todo en el ámbito de los músicos, ve el mercado discográfico como oportunista y muchas veces carente de calidad. Esto puede ser cierto o no, pero cuando se trata de mezclar una canción “radial” es un gran desafí­o; y es necesario estar al tanto de los éxitos en las radios. La forma en que cada estilo musical fue mezclado a lo largo de los años juega un importante rol en como debe tratarse un producto en particular, o por lo menos alguna caracterí­stica del proyecto.
Cada vez que escuchen una canción, presten atención a las cosas que suceden en la mezcla.

Noten los volúmenes, paneos, ecualización y efectos de cada instrumento, fí­jense como van cambiando estas caracterí­sticas a lo largo de la canción. Es bueno preguntarse: ¿Con qué finalidad hicieron tal o cual cosa?, ¿Cuál es el efecto transmitido y cómo lo alcanzaron técnicamente?, y también si nos gustan o no cada una de ellas. De esta forma vamos desarrollando nuestros propios gustos y valores.

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