David Sinclair, genetista y profesor en Harvard, aseguró que su equipo ha conseguido algo que hasta hace poco parecía imposible: revertir el envejecimiento en ratones y monos. Ahora se preparan para comenzar ensayos clínicos en humanos el próximo año. El avance se basa en una técnica de reprogramación genética que reactiva genes juveniles, conocidos como factores de Yamanaka, y logra que células envejecidas vuelvan a comportarse como si fueran jóvenes. En animales, esto no solo redujo su edad biológica, sino que también mejoró funciones físicas como la vista.
El equipo cree que el envejecimiento no es solo desgaste, sino pérdida de información epigenética, algo así como el “software” que le dice a las células cómo funcionar. Lo innovador es que encontraron cómo reiniciar ese sistema sin necesidad de clonar al organismo. En otras palabras, están aprendiendo a “reinstalar” la juventud. Para hacer estos avances más accesibles, usan inteligencia artificial que les ayuda a identificar compuestos rejuvenecedores que podrían, en el futuro, tomarse como una simple pastilla.
Los primeros ensayos en humanos comenzarán en enero de 2026, enfocándose en enfermedades del ojo como el glaucoma, ya que son más fáciles de medir. Si los resultados son positivos, el objetivo es tratar enfermedades más complejas como el Alzheimer. Además de los beneficios para la salud, prolongar la vida saludable podría transformar la economía: más años productivos, menos gasto en enfermedades crónicas. Sinclair insiste en que su objetivo es que estos tratamientos lleguen a todos, no solo a quienes pueden pagarlos.
A pesar del potencial, el proyecto enfrenta desafíos: falta de apoyo académico, costos elevados y trabas regulatorias. Aun así, Sinclair es optimista: cree que la primera persona que vivirá 150 años ya nació. Solo falta que la ciencia reciba el respaldo suficiente para lograrlo.