Los investigadores identificaron dos redes cerebrales que nos ayudan a anticipar e identificar transiciones en la música, y estas redes se ven diferentes en músicos y no músicos.
Para comprender cómo el cerebro procesa los límites musicales, ella y sus colegas analizaron la actividad cerebral de 36 adultos mientras escuchaban tres obras instrumentales de diferentes géneros: la composición de nuevo tango argentino Adiós Nonino de Astor Piazzolla, la pieza de metal progresivo estadounidense Stream of Consciousness de Dream Theater y el clásico del ballet ruso La consagración de la primavera de Igor Stravinsky. Todos los oyentes asistieron a escuelas en Finlandia y la mitad se consideraba músicos semiprofesionales o profesionales.
Es posible que finalmente sepamos cómo el cerebro procesa una caída de ritmo: las personas usan dos redes cerebrales distintas para anticipar e identificar transiciones entre segmentos en una pieza musical.
Los límites musicales, los momentos en que termina una sección de una composición y comienza otra, son importantes para nuestro disfrute de la música, particularmente la de la tradición occidental. De lo contrario, tu éxito favorito sonaría como una corriente monótona de sonidos aleatorios, “similar a leer un texto sin puntuación”, dice Iballa Burunat Perez de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia.
Los investigadores descubrieron que, justo antes de un límite musical, una red cerebral que llamaron red auditiva temprana se activa en anticipación del final de la frase musical. Esta red involucra principalmente áreas auditivas en la parte posterior de la región externa del cerebro, llamada corteza.
Luego se activa una red diferente durante y después de las transiciones musicales. Apodada red de transición de límites, se caracteriza por una mayor actividad en áreas auditivas hacia la parte media y anterior, o frontal, de la corteza. Pérez dice que el cambio en la actividad cerebral entre estas dos áreas es similar a cómo nuestro cerebro entiende las diferencias entre oraciones en el lenguaje.
Varias regiones del cerebro se desactivan durante y después de los límites musicales, incluida la corteza prefrontal ventrolateral derecha, que participa en tareas cognitivas complejas y en la toma de decisiones. Esto sugiere que, a medida que comienza un nuevo segmento, el cerebro redirige la atención y los recursos hacia la integración de la nueva información musical, afirma Pérez.
Los músicos y los no músicos también interactúan con estas dos redes cerebrales de manera diferente. Por ejemplo, los músicos dependían de áreas del cerebro importantes para la integración y el procesamiento auditivo de nivel superior. Esto puede reflejar un enfoque más especializado hacia la comprensión de los límites musicales, afirma Pérez. Los no músicos, por otro lado, mostraron una mayor conectividad en regiones cerebrales más amplias, lo que indica un enfoque más generalizado.
Además de aclarar cómo el cerebro procesa la música, estos hallazgos también pueden ayudar a desarrollar terapias basadas en la música para personas que tienen dificultades para comprender el lenguaje, afirma Pérez. Por ejemplo, incorporar elementos de límites musicales en las transiciones del lenguaje (tal vez estableciendo sílabas para una melodía) puede hacer que las oraciones sean más fáciles de entender, dice.
Referencia de la revista:
Actas de la Academia Nacional de Ciencias DOI: 10.1073/pnas.2319459121