La promoción de estas energías renovables y la lucha contra el cambio climático y la protección de la Pachamama (Madre Tierra) deben ser absoluta prioridad para el mundo.
Bolivia inauguró su planta solar fotovoltaica más grande, considerada además la más alta del mundo con una capacidad de producir 100 megavatios al sistema nacional. La planta situada en la población altiplánica de Ancotanga del departamento de Oruro, a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar, tiene la capacidad de captar energía solar con “más de 300.000 paneles fotovoltaicos emplazados en 214 hectáreas”.
Gran parte de la producción de electricidad en el país estaba basada en las termoeléctricas y gas natural; con este paso, Bolivia busca ir cambiando a la producción de energías limpias para proteger y respetar el medioambiente. La obra fue ejecutada por la estatal Empresa Nacional de Electricidad Bolivia (ENDE) con recursos estatales, un crédito de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) de más de 68,6 millones de dólares y otros casi 14 millones donados por la Unión Europea (UE).
Fuente: forbes.co
