Cerca del 5% de la población mundial vive actualmente en zonas situadas bajo el nivel del mar, que estarán afectadas por las mareas altas a causa del dióxido de carbono que ya se acumula en la atmósfera por la actividad humana. La concentración actual de CO2 ya es un 50% superior a la de 1800 y, desde entonces, la temperatura media de la superficie de la Tierra aumentó un 1,1 ºC. esto ya es suficiente para que el nivel de las aguas suba cerca de dos metros, aunque este efecto se produzca en dos o diez siglos.
Los investigadores sugieren que este fenómeno continuará más allá del 2100 a causa del calentamiento de las aguas y el deshielo, sin que importe la velocidad en la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero.”
Solo con medio grado más, al menos 200 millones de personas se verán afectadas por las inundaciones y serán más vulnerables a las tormentas. Asia en particular, donde se encuentran nueve de las diez megalópolis con más riesgo, sería el continente más impactado. No obstante, el nivel del agua seguirá creciendo inevitablemente, incluso si se logra limitar el calentamiento global a +1,5 ºC con respecto a la época preindustrial, el nivel las aguas seguirá subiendo durante siglos, inundando ciudades donde viven actualmente 500 millones de personas.
A menos que los expertos descubran una fórmula para eliminar rápidamente cantidades masivas de CO2 de la atmósfera, el problema del aumento del nivel del mar no es una cuestión de “si es que ocurre” sino de “cuándo ocurre”. El límite de +1,5 ºC que se alcanzó en el Acuerdo de París, y que los países de todo el mundo intentarán mantener en la cumbre de la COP26 de Glasgow (Escocia) el mes que viene, provocaría un aumento de las aguas de cerca de tres metros en el largo plazo. Si se cumplen los compromisos de reducción de emisiones de carbono en virtud del tratado de París, la Tierra se calentaría 2,7ºC en 2100. Si los esfuerzos para frenar los gases de efecto invernadero fracasan, las temperaturas podrían aumentar 4C o más por encima de los niveles de mediados del siglo XIX. Este calentamiento añadiría entre seis y nueve metros a los océanos del mundo a largo plazo, y obligaría a las ciudades que actualmente albergan a casi mil millones de personas a montar enormes defensas contra la futura subida de las aguas o a reconstruirlas en terrenos más altos.
Fuente: dw.com