Un nuevo estudio sobre la calidad ambiental en el valle de Aburrá puso la lupa en la presencia de hongos que se encuentran presentes en el aire que se respira en el área metropolitana. La investigación de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional (UN), sede Medellín, encontró 19 géneros de hongos en el material particulado PM10 (partículas iguales o superiores a 10 micras de diámetro).
La conclusión, según Marisol Suárez Roldán, autora de la tesis de maestría, es que en los géneros hallados, los tres de mayor abundancia (el fusarium, el aspergillus y el penicillium) son hongos que se encuentran comúnmente en el ambiente y que están relacionados con afectaciones a la salud humana y a las especies vegetales.
La investigación consistió en el análisis de los filtros de PM10 en tres estaciones de monitoreo de la calidad del aire en el valle de Aburrá: en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, la Facultad de Minas de la UN y la del Hospital San Vicente en Barbosa.
Los hongos hallados pueden infectar el organismo y producir enfermedades. A nivel respiratorio, se relacionan más con la exacerbación de ciertas enfermedades (ataques de asma, rinitis, por ser propensos a convertirse en huésped en el tracto respiratorio), aunque también se asocia con infecciones cutáneas o de las uñas. “Por su inhalación podrían quedar en las vías aéreas. Muchos de estos hongos tienen esporas que pueden exacerbar problemas respiratorios”, explico Suárez.
La investigadora dijo que este es un primer avance para determinar los organismos presentes en el aire y que ahora se requiere un estudio epidemiológico que determine los diferentes factores que influencian directamente en la salud de las personas. En este se tomarían muestras de las poblaciones que viven cerca a las estaciones de monitoreo y se estudiaría si hay relación entre las enfermedades sufridas y la exposición a los hongos en el aire. “No es para generar alarma pero si para preocuparnos y hacer los estudios complementarios”, añadió Suárez.
Carmen Elena Zapata, directora del Laboratorio de Calidad del Aire de la UN, añadió que se debe ampliar el muestreo de este estudio preliminar porque estos resultados no incluyeron el sur del valle de Aburrá, zona donde hay mayor tenencia de vehículos, una expansión inmobiliaria creciente y reportes de enfermedades en el arbolado urbano.
AFECTACIÓN EN VEGETACIÓN
Otra de las conclusiones preocupantes del estudio es el hallazgo de hongos que son fitopatógenos, es decir, que afectan la vegetación. Hasta ahora estos no habían sido reportados en estudios previos en el área metropolitana.
Según Zapata, se identificó un género de hongo que puede ser el origen de las enfermedades en los árboles. Esto se traduce en aumento de probabilidad de infecciones porque las esporas llegan a troncos, ramas y hojas aprovechando las fisuras que dejan los insectos. “Nos preocupa que estemos pensando en sembrar muchos árboles en el área metropolitana por compensación y que la calidad del aire no sea propicia para ello”, detalló.
Como consecuencia de esto, los árboles se podrían morir antes de que presten un servicio ambiental, además, de que proliferarían los hongos. Por ello, a propósito de la investigación, Zapata sugirió estudiar cuáles especies vegetales no se deberían sembrar.
Otro estudio de la misma Facultad de Minas de la Universidad Nacional (UN) alertó el año pasado por la presencia de bacterias asociadas al material particulado PM2.5 (partículas menores a 2.5 micras de diámetro) en tres puntos de monitoreo del aire del valle de Aburrá.
Esta investigación halló 25 géneros y especies bacterianas, algunas capaces de producir enfermedades en grupos sensibles o en ambientes hospitalarios en el área metropolitana.
Algunas bacterias encontradas están relacionadas con infecciones oculares e intoxicaciones alimentarias, infecciones en neonatos hospitalizados, y en catéteres vasculares.
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JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
@JDiegoOrtiz
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