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Terrorismo: El negocio del Miedo en Estados Unidos

Terrorismo: El negocio del Miedo en Estados Unidos

La puerta giratoria entre el sector público/privado no sólo permite que altos ejecutivos de empresas proveedoras de servicios de inteligencia pasen a ocupar cargos en el gobierno, como dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA) o la National Security Agency (NSA), sino que ahora  se sabe que ex jefes de esas agencias, ex ministros de Seguridad Nacional y otros ex altos capos de la comunidad de inteligencia” montaron sus propios mega-negocios para venderle sus servicios de seguridad al Estado norteamericano.

Terrorismo: El negocio del Miedo en Estados Unidos

Desde 2007, aproximadamente el 70% del presupuesto de inteligencia nacional se destina a los contratistas privados, según informa Tom Shorrock, de Salon.com. Los contratistas se han convertido en “esenciales para las operaciones de espionaje y vigilancia de la NSA”, escribió Shorrock.

Mientras los estadounidenses continuen convencidos de que existe una grave amenaza de ataques terroristas –en ausencia de “la amenaza comunista” de antaño- seguirán prosperando negocios como The Chertoff Group (TCG), una gran firma privada de consultoría especializada en ‘seguridad y lucha contra el terrorismo’, que según informó en 2010 el Huffington Post le vendió 118 millones de dólares a la Administración de Seguridad en el Transporte en escáneres corporales producidos por Rapiscan, una empresa sub-contratista y clienta del grupo.

Lo inverosímil de este “conflicto de interés” –eufemismo estadounidense por corrupción- es que el Grupo Chertoff haya sido fundado por un ex ministro de Seguridad Nacional de George W. Bush. Pero Chertoff Group tampoco está solo en la tarea de sacarle provecho a “la guerra contra el terror” (CT). Alex Kane identificó en AlterNet.org a otras cuatro empresas privadas que “le sacan provecho al miedo al terrorismo inducido por el gobierno”: Booz Allen Hamilton, Science Applications International Corporation, Center for Counterintelligence and Security Studies y Security Solutions International. Kane explicó quiénes son sus dueños y qué hacen.

Junto con recordar un informe del Washington Post que en 2010 documentó más de 1.900 empresas privadas dedicadas a la lucha contra el terrorismo, el informe de Kane en AlterNet cita una estimación de “por lo menos 6.000 millones de dólares al año “en beneficios para los contratistas privados de inteligencia”.

 

Conclusión de Alex Kane/AlterNet: “Sumándolo todo, existe una industria masiva dedicada a lucrar con el miedo al terrorismo inducido por el gobierno [y por los grandes medios informativos], a pesar de que los estadounidenses están más expuestos a morir en un choque de automóvil o un accidente con el mobiliario hogareño, que en un ataque terrorista”.

En el Grupo Chertoff cobran y se dan el vuelto

Un detalle importante es que el TCG, constituido en 2009 para “abastecer de insumos” a la política gubernamental de contra-terrorismo, tiene en su liderazgo a distinguidos ex altos “combatientes CT”. Estos son los principales capos del lucrativo negocio del Grupo Chertoff:

  • El abogado Michael Chertoff, fundador y presidente del grupo, fue secretario (ministro) de Seguridad Nacional desde el 15 de febrero de 2005 al 21 de enero de 2009, nombrado por George W. Bush, y es co-autor de la Ley Patriota de EEUU, el instrumento jurídico que sostiene el ministerio de Seguridad Nacional y la guerra CT. También fue juez del Tribunal de Apelaciones para el Tercer Circuito, fiscal federal y Fiscal General Asistente de EEUU.

Después de las revelaciones de Edward Snowden, Mr. Chertoff apareció bastante en TV defendiendo el espionaje a escala mundial de la NSA. Por ejemplo, en ABC News el 4 de agosto 2013 dijo que los propósitos de los miembros de Al Qaeda en el Yemen contra 19 embajadas de EEUU pudieron conocerse gracias a esos programas de espionaje masivo a través de todo el mundo. O sea, Chertoff participó en la creación del miedo al terrorismo, quizás en el fomento del mismísimo terrorismo de Al Qaeda y Ben Laden, el enigmático ahijado de la inteligencia estadounidense, y ahora disfruta de las lucrativas ganancias que le deja la lucha CT.

  • Michael Vincent Hayden, general retirado de la fuerza aérea, fue director de la NSA entre 1999 y 2005, y director de la CIA hasta el 12 de febrero de 2009. Ahora colabora en la lucha CT desde el Grupo Chertoff, donde es mano derecha de su fundador, y de vez en cuando opina en los grandes medios como “experto independiente”, que de ninguna manera citan su relación con el lucrativo negocio contra terrorista al que consagra su vida. Por ejemplo, el 11 de agosto 2013, entrevistado por Bob Schieffer de CBS News sobre las poco entusiastas promesas de Obama de reformar algunas prácticas de la NSA, dijo: “El Presidente trata de dar algunos pasos para tener más cómodos a los estadounidenses sobre lo que estamos haciendo. Esto va a ser difícil porque, francamente Bob, algunos pasos para darles más confort a los norteamericanos, en realidad, los harán menos seguros”.

Pero estos dos patriotas estadounidenses no son los únicos ex altos funcionarios de inteligencia y seguridad que luchan contra el terrorismo desde The Chertoff Group. Hasta en el Google aparecen también Charles E. Allen, ex CIA y ex funcionario de Seguridad, quien vigila las adquisiciones del grupo; Larry Castro, ex NSA y ex empleado del ejército, está a cargo de la cyber-seguridad y la gerencia de riesgo; y Jay M. Cohen, que vigiló las aduanas y fronteras cuando fue Comisionado del gobierno, ahora se encarga de la seguridad física de los bienes del grupo.

Booz Allen Hamilton, del grupo Carlysle (donde invertía la familia Ben Laden)

Esta empresa contratista, donde hasta mayo 2013 trabajaba asignado a la NSA en Hawai el ahora célebre Edward Snowden, tiene como vicepresidente a Mike McConnell, vice almirante retirado de la inteligencia naval en 1996, quien fue Director Nacional de Inteligencia de 2007 a 2009, bajo los gobiernos de Bush y Obama, pero antes tuvo papeles relevantes en inteligencia con George W. Bush (padre) y Bill Clinton.

La empresa con 100.000 empleados salió a la luz en las revelaciones de Snowden por los servicios que presta a la NSA y, como acertadamente dijo Alex Kane de AlterNet, “la compañía es también el símbolo luminoso de la puerta giratoria entre el complejo de seguridad privada y el gobierno” porque el actual Director de Inteligencia Nacional, el teniente general retirado de la fuerza aérea James R. Clapper… es otro ex empleado de Booz Allen Hamilton, subsidiaria del Grupo Carlysle, donde tuvo inversiones la familia saudita Ben Laden, asociada en negocios con los mismísimos georges W. Bush (padre e hijo).

A despecho de las revelaciones de Snowden, Booz Allen Hamilton continúa lucrando con el gobierno: en el último año fiscal cobró 1.300 millones de dólares por trabajos de inteligencia, sobre un total de más de $ 5.000 millones. En enero 2013 obtuvo otro contrato con el departamento de Defensa para proveer servicios de inteligencia por un valor de hasta $ 5.600 millones de dólares.

Science Applications International Corporation (SAIC)

John P. Jumper, ex general de la fuerza aérea, es el director general de Science Applications International Corporation (SAIC), que desde septiembre 2013 se llama Leidos. Considerada la principal proveedora militar, de inteligencia, aeroespacial e ingeniería y sistemas, tuvo en su directorio a Robert Gates, ministro de Defensa de George W. Bush (hijo) y Obama.

Entre sus clientes figuran la NSA, los ministerios de Seguridad Nacional y Defensa, la llamada comunidad de inteligencia de EEUU y otras agencias civiles del gobierno. Al refundarse tenía 40 mil empleados, pero mantiene contratos SAIC -ahora una empresa subsidiaria- por 4.000 millones de dólares. En el año fiscal 2013 reportó 11,17 mil millones de dólares de ingresos y 525 millones de ganancias netas. Proyecta hacerse de 7 mil millones en 2014 con 23.000 empleados, casi la mitad de su planta anterior.

Su misión es ayudar al gobierno -y a otros- a la “lucha CT”. Por tal motivo, elaboró un “Manual de Protección del Terrorismo”, desarrollado para combatir  la “amenaza terrorista nacional de hoy y poner en marcha mejores prácticas en seguridad recomendadas”.

Centro de Estudios de Seguridad y Contrainteligencia

Está es una fábrica de expertos autoproclamados en el Islam que comercializa análisis supuestamente destinados a acorazar ideológicamente a las agencias federales, estatales y a la policía local ante la amenaza islámica. Ésta y otras empresas se han beneficiado de la “guerra contra el terror” financiada por el ministerio de Seguridad Nacional a través del Programa de Seguridad Interior del Estado y la Iniciativa de Seguridad de Áreas Urbanas.

El gobierno federal ha repartido miles de millones de dólares para que estas empresas lucren proporcionando capacitación islamofóbica, tarea principal del llamado Centro de Estudios de Seguridad y Contrainteligencia, cuyo personal está integrado por ex miembros del FBI, la CIA y el ministerio de Defensa. La “teoría” islamofóbica esencial presenta al “islam radical como una nueva amenaza ideológica mundial, comparable a la vieja amenaza comunista de la Unión Soviética”, tal como señaló en 2011 Political Research Associates (PRA), en un informe sobre las empresas privadas que entrenan en lucha contra el terrorismo.

Este centro dice haber preparado a 67.000 personas en una década. Según PRA, por un curso de 5 días para empleados del gobierno, titulado “Amenaza Global de la Doctrina Yihjadista”, cobra 39.280 dólares. La clase para 30 personas “Muriendo para matarnos: entendiendo el sentido de operaciones suicidas” cuesta 7.856 dólares. Un curso de tres días para 30 personas sobre “Desarrollo de informantes para agentes de la ley en lucha contra el terrorismo” tiene un precio de 23.568 dólares.

Security Solutions International (SSI)

Ésta es otra empresa privada que vende entrenamiento anti-musulmán a la policía. Fundada en Miami en 2004, utiliza conexiones de seguridad israelíes para promover su posición de mercado, en sus cursos utiliza entrenadores de seguridad israelíes y su presidente, Henry Morgenstern, tiene doble nacionalidad israelí-estadounidense. SSI asegura que “desarrolló excelentes contactos de alto nivel con el establecimiento de seguridad [en Israel]” para convertirse en líder en la formación para la lucha contra el terrorismo y temas afines.

La compañía ha formado al personal de más de 700 agencias de la ley desde 2004 cobrando un promedio de 400 dólares por alumno. Un instructor experto suele mostrar el video de la decapitación terrorista de un rehén para que los alumnos comprendan mejor el vínculo entre la religión islámica y el terrorismo, según explican sus altos ejecutivos. Además de explotar la “industria de la islamofobia”, SSI también hace dinero con 15.000 suscriptores de su revista Antiterrorista, cuya venta se promociona a 35 dólares la suscripción.

 

Chertoff tiene mucho que ganar financieramente si se adoptan algunas de estas medidas.Entre su firma de consultoría privada, The Chertoff Group , y los escaños en las juntas de gigantes de defensa y seguridad, se sienta en el corazón del nexo de seguridad gigante creado tras el 11-S, creando una agencia de seguridad nacional. Chertoff lanzó su empresa pocos días después de que el presidente Barack Obama asumiera el cargo, contratando al menos a 11 altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional , así como al ex director general de la CIA, Michael Hayden, ya otros jefes militares y oficiales de seguridad.

(El predecesor de Chertoff en el DHS, Tom Ridge, también ha apostado su experiencia en una carrera lucrativa.) Desde 2005, él ha servido en el tablero de tecnología de Savi , el abastecedor primario de la tecnología para la red inalámbrica de la vigilancia de la carga del Pentágono. un asesor senior de TechRadium, Inc., una empresa de tecnología de seguridad con sede en Texas).

Los clientes de Chertoff han prosperado en los últimos dos años, en gran parte a través de lucrativos contratos con el gobierno, y la asistencia del Grupo Chertoff para navegar por la compleja burocracia federal de adquisiciones está en alta demanda. Un ejemplo de ello es que la empresa está en el centro del reciente alboroto por los intrusivos procedimientos de seguridad aeroportuaria – Rapiscan , que fabrica los llamados escáneres corporales. En 2005, Chertoff estaba promoviendo la tecnología y Homeland Security colocó la primera orden del gobierno, comprando cinco escáneres Rapiscan.

Después de la detención del bombardero de ropa interior la Navidad pasada, Chertoff golpeó las ondas y escribió un op-ed en The Washington Post defendiendo los sistemas de escaneo de todo el cuerpo sin revelar que Rapiscan Systems era un cliente de su firma.La trama terrorista abortada llevó a la Agencia de Seguridad del Transporte a ordenar 300 máquinas de Rapiscan. Sin embargo, la primavera pasada, la Oficina de Responsabilidad del Gobierno informó que “no está claro si [los escáneres] hubieran podido detectar el arma” utilizada en el intento de bombardeo abortado. Y de acuerdo con un reciente informe del Inspector General del DHS, la capacitación de los inspectores de los aeropuertos se realiza con rapidez y es mal supervisada.

En el último año y medio, $ 118 millones en fondos de estímulo se han utilizado para comprar tecnología de Rapiscan , pero todo ese dinero no ha producido muchos trabajos – el propósito aparente de la Ley de Recuperación y Reinversión de Estados Unidos. De hecho, representa sólo 84 posiciones, según un análisis HuffPost de datos gubernamentales, lo que significa que se gastaron aproximadamente $ 1.4 millones para crear cada trabajo.

Rapiscan ha aumentado sus gastos de cabildeo en los últimos años , gastando 271.500 dólares en lo que va del año comparado con los 80.000 dólares hace cinco años, informó hoy USA Today . Como una medida de la influencia de la empresa, uno de los invitados de honor que acompañó al presidente Obama en su reciente viaje a la India fue Deepak Chopra, presidente y CEO de OSI Systems, propietario de Rapiscan. India planea instalar los escáneres en sus aeropuertos a raíz de los ataques de Bombay en 2008.

El papel de Chertoff ha sido fuertemente criticado por la defensora de los derechos de los pasajeros Kate Hanni, fundadora de FlyersRights.org , quien se opone al uso de los escáneres por razones de privacidad y salud, citando estudios gubernamentales sobre exposición a la radiación.

“Están tratando de asustar a los pantalones de los estadounidenses que necesitamos estas cosas”, dijo Hanni a The Huffington Post.“Cuando Chertoff va a la televisión, básicamente está promoviendo a sus clientes y explotando ese miedo para ganar dinero. El miedo es una mercancía y lo están vendiendo. Cuanto más se puede vender, más compramos. miedo, aceptarán cualquier cosa. “

La semana pasada, dos congresistas republicanos tomaron la palabra de Chertoff y condenaron los procedimientos de seguridad de la TSA.El representante Ron Paul (R-Texas) presentó una legislación contra el equipo de escaneado.

-¡Michael Chertoff! Paul exclamó en el piso de la Casa, como se muestra en el video de abajo. “Quiero decir, aquí está el tipo que era el jefe de la TSA, vendiendo el equipo, y el equipo es cuestionable, ni siquiera sabemos si funciona, y puede ser peligroso para nuestra salud”.

El segmento pertinente comienza alrededor de las 4:30:

El miércoles pasado, el representante Ted Poe (R-Texas) afirmó que Chertoff dio entrevistas alabando los escáneres mientras “se les pagaba” para venderlos. “No hay evidencia de que estos nuevos escáneres corporales nos hagan más seguros, pero hay pruebas de que el ex jefe de Seguridad Nacional Michael Chertoff hizo dinero vendiendo estos escáneres corporales”.

RELOJ:

La firma de Chertoff niega las insinuaciones y las acusaciones directas, alegando que los servicios de asesoría del grupo para Rapiscan sólo duraron cuatro meses el año pasado y que actualmente no los representan. Además, un portavoz de Chertoff afirmó que el grupo no presiona, agregando:

El grupo de Chertoff no jugó ningún papel en la venta de la tecnología de imagen del cuerpo entero a TSA. Además, el secretario Michael Chertoff no fue de ninguna manera compensado por sus declaraciones públicas, en las cuales ha expresado consistentemente creencias desde hace mucho tiempo en el despliegue de tecnologías y técnicas efectivas que eliminan vulnerabilidades de seguridad como las ilustradas el año pasado durante el atentado terrorista el día de Navidad.

Rapiscan emitió la siguiente declaración:

En 2009, Rapiscan Systems contrató brevemente al Chertoff Group, liderado por Michael Chertoff, como consultor. Durante este período, el Sr. Chertoff era un ciudadano privado y participaba regularmente en actividades de consultoría para múltiples clientes. En ese compromiso, el Sr. Chertoff y su equipo de expertos proporcionaron a Rapiscan asesoramiento y análisis con respecto a un conjunto limitado de temas bien definidos que no guardaban relación con la seguridad de la aviación. Las actividades del Grupo Chertoff en ese compromiso eran consultivas, y ni Chertoff ni su personal han representado a Rapiscan en ninguna comunicación con el gobierno de los Estados Unidos.

La única compañía que fabrica estos escáneres, L-3 Systems , ha gastado más de 1,4 millones de dólares en presionar al gobierno desde 2004, y uno de sus grupos de presión mejor conectados es Linda Daschle, esposa del ex líder de la mayoría del Senado, Tom Daschle. D.), ganando casi $ 100,000 en honorarios por trabajar en “asuntos relacionados con tecnología de imagen avanzada”, informa The Hill.

La defensa de Chertoff ayudó a descarrilar un proyecto de ley propuesto por el representante Jason Chaffetz (R-Utah), que habría limitado el uso de escáneres en los aeropuertos. Aunque navegó a través de la Cámara, se precipitó en el Senado después del intento fallido de bombardeo de Umar Farouk Abdulmutallab. “Pero también escuché rutinariamente que ‘el secretario Chertoff cree que esto es lo correcto, ¿quién eres tú para desafiarlo?’”, Dijo Chaffetz a USA Today.

Justo el mes pasado, Chertoff dijo a CNBC , “La presión del público para una investigación más eficiente esperanzadamente impulsará al gobierno a la inversión de la tecnología.”

La tecnología de escaneo puede presentar riesgos para la salud de los pasajeros al aumentar la exposición a la radiación, según un informe interinstitucional publicado el invierno pasado. Las mujeres embarazadas y los niños no deben ser escaneados, aunque la radiación a la que están expuestos es “extremadamente pequeña”, según el informe del Comité Interinstitucional sobre Seguridad Radiológica.

El debate de tecnología de escaneado ilustra sólo uno de los muchos intereses financieros de Chertoff en el sector de la seguridad. En el reciente acuerdo para desmantelar la empresa de seguridad estadounidense L-1 Identity Solutions entre las dos principales firmas de defensa europeas, Chertoff estaba bien posicionado: su empresa era consejera estratégica del conglomerado francés Safran, que pagó más de 1.100 millones de dólares para adquirir L-1 unidades de identificación biométrica; y se sienta en el consejo de administración de BAE, el gigante británico de defensa que compró los servicios de inteligencia y consultoría del gobierno de L-1, según informó Dan Froomkin, de HuffPost, a principios de este año .

Chertoff, que es un invitado frecuente en noticias por cable, a menudo promociona propuestas de seguridad y tecnologías que se alinean con los intereses de o son fabricados por sus clientes.Recientemente dijo a CNBC que le gustaría ver “más inversiones en bioseguridad” porque “creo que estamos empezando a quedarnos un poco atrasados ​​en términos de poder responder a las amenazas biológicas”. Chertoff Group ha invertido en BioNeutral , una empresa de biotecnología con sede en Nueva Jersey que está desarrollando tecnología para combatir microorganismos peligrosos. En una revelación relativamente rara, Chertoff reconoció en la entrevista que “representamos a compañías que hacen sensores y tecnología de ese tipo”.

El ex secretario de Seguridad Nacional dijo a CNBC que la necesidad más urgente del país es la ciberseguridad, describiendo un escenario de pesadilla de un ataque digital contra el sistema financiero del país, el sistema de control del tráfico aéreo o la red eléctrica, enfatizando que la administración Obama “ tan lejos como nos gustaría que fuera “. En mayo pasado, Chertoff desempeñó el papel de asesor de seguridad nacional durante un ataque electrónico simulado llamado Cyber ​​Shock Wave , que fue organizado por el Bipartisan Policy Center y financiado con donaciones de hasta $ 150,000 cada una de General Dynamics Advanced Information Systems, PayPal, Symantec y otras empresas. Poco antes de la simulación, Chertoff dijo al blogger de HuffPost, Josh Rushing, que puede ver a Estados Unidos respondiendo a un ataque cibernético con fuerzas militares : “¿Sería más fácil enviar un grupo de fuerzas especiales y explotar al servidor?” -preguntó retóricamente.

Chertoff omitió mencionar que su firma ayuda a clientes con asuntos de ciberseguridad. Uno de los directores de la firma, Brian White , ayudó a crear el Centro de Seguridad Cibernética dirigido por la Presidencia y la Iniciativa Nacional Integral de Seguridad Cibernética.Uno de los papeles de Chertoff en BAE, la mayor firma de defensa en Europa, es “ayudar a nuestros clientes del gobierno y del sector privado a desarrollar soluciones de seguridad cibernética”, según el comunicado de prensa anunciando su nombramiento en el directorio.

Chertoff ha destacado durante mucho tiempo los beneficios de los sistemas de identificación biométrica – retina y huellas dactilares – afirmando en 2008 que no los considera privados sino más parecidos a las huellas, y que la gente no debe temer la recopilación y el intercambio de dicha información. Más recientemente, ha dicho que los dispositivos biométricos son un paso en la dirección correcta . No se menciona en la mayoría de estos informes el hecho de que Chertoff se encuentra en el directorio de Clear , una nueva empresa que ha asumido los activos de Verified Identity Pass, el sistema de identificación biométrica que cobra $ 179 para permitir que las personas eviten largas líneas de seguridad en el aeropuerto. Fue recogido en un procedimiento de bancarrota por sólo 6 millones de dólares por dos gestores de fondos de cobertura.