Los seres humanos tenemos que entender que el transcurso de nuestra vida pasa por oscilaciones, que la línea no es horizontal, que sube y baja como las cotizaciones de Bolsa. Y que como vida no hay más que una, tenemos que aprender a vivir lo mejor posible, tanto en las subidas como en las bajadas. Y esto también rige en lo concerniente a la vida sexual.
En tiempos de crisis es mejor disfrutar de lo que se tiene que llorar lo perdido. Sí, sabemos que las cuestiones económicas pueden tener un fuerte impacto en la vida sexual de muchas personas. Tanto en hombres como en mujeres. Aunque a veces los hombres pueden vivirlo peor, porque para ellos es más fácil asociar su masculinidad y su autoestima con el poder económico. Sin embargo, algunas mujeres consiguen más fácilmente refugiarse en el papel desvalido y frágil, despertando ternura y atención. Aunque estos roles son intercambiables.
La cuestión es que con o sin crisis, este tiempo no volverá y no vamos a sufrirlo compadeciéndonos de nuestra suerte. Que vale, que pueden surgir problemas, que puede que tengamos que apretarnos el cinturón. Pero, también es verdad que muchas de las cosas de las que tendremos que prescindir son superfluas. Hay que mirarlo por el lado bueno. Nos lo va a agradecer el medio ambiente, puede venir bien para poner en práctica de una vez las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Tenemos que aprender a valorar lo que realmente nos resulta necesario.
Que nuestra vida sexual se convierta en un refugio excitante y cálido o en una fuente de problemas añadidos tiene que ver con nuestra inteligencia emocional, con nuestras habilidades para disfrutar de la vida. Y esas habilidades se pueden desarrollar, y a eso vamos. En primer lugar, centrándonos en el ocio y disfrute, vamos a aprovechar todo el ocio gratuito que esta a nuestro alcance: exposiciones, conciertos, bibliotecas llenas de revistas, libros, DVD… Y no digamos todo lo que nos puede ofrecer internet. ¿Y que hay de los románticos paseos? Si no hay dinero para el gimnasio, salir a correr o pasear juntos, baja el colesterol y puede facilitar la comunicación, tan favorable para la vida en pareja.
Por otro lado, si se tienen que modificar los escenarios de seducción, se modifican. Antes hemos citado las exposiciones, conciertos y otros actos de ocio gratuito, pues que sepáis que estos lugares son interesantes para conocer gente y ligar. Inscribirse en alguna asociación también es un buen recurso. Las hay para todos los gustos y ofrecen la posibilidad de relacionarnos con personas con nuestras mismas inquietudes. Para los amantes de la naturaleza están las asociaciones de senderismo, también las hay para los interesados por la fotografía, la cocina y otras muchas, según las aficiones de cada cual. Y sobre todo hay que ser realistas, si no somos la alegría de la huerta y nunca hemos sido buenos ligando, tampoco le vamos a echar la culpa a la crisis. Aprovechemos para poner en práctica lo que a otros les funciona. Hay que currárselo, perseverar y no dejarse vencer por el primer contratiempo.
Y sobre todo, no podemos dejarnos contagiar por la ola de catastrofismo económico que nos invade. Es momento para recordar que el sexo, en todas sus vertientes, es un placer gratuito. Y que la descarga orgásmica nos llena de energía positiva, por lo que la mejor manera de afrontar la crisis es disfrutando del sexo. A los que puedan compartirlo, muy bien, y a los que no, siempre les quedará el socorrido autoerotismo, más conocido como masturbación. No lo olvides, los orgasmos son gratis y saludables, aprovéchalos.
¿Ha influido la crisis en tu vida sexual? ¿Te parece que el sexo es una buena vacuna contra los efectos de la crisis?
