Hace una década, Berghain abría sus puertas y pronto se convertía en la meca del techno, el lugar de peregrinación al que acudían y acuden amantes de la música electrónica desde todas partes del mundo. Una antigua nave situada en el borde que separa a Kreuzberg (barrio hipster) de Friedrichschain (el área del punk) que no tardó nada en convertirse en la atracción turística favorita de muchos viajeros jóvenes y melómanos. El problema es que, a diferencia de museos y monumentos, en Berghain no bastaba con pagar la entrada, había que gustarle a Marquardt, su portero.
Ya que ademas es escritor, saco un libro con sus experiencias coincidiendo con el aniversario numero 10 de dicho club. Pero su nueva aventura es que lanzara una colección limitada con Hugo Boss, la firma de moda alemana mas famosa. Sus fotografías serán estampadas con las camisetas negras de la marca. Imágenes en blanco y negro que retratan a otros porteros de discoteca y demás personajes respetados del ambiente nocturno berlinés.
“Le interesa reflejar cómo las personas poseen diferentes roles”, escribe la marca en la nota del lanzamiento.
Sin embargo, no deja de resultar curioso que una marca como Hugo Boss, asociada en el imaginario colectivo con los trajes sobrios y clásicos,se decida a colaborar con una figura subcultural. Tal vez esta sea la prueba definitiva de que la electrónica, además de marcar la pauta musical, marcará las tendencias estéticas de los próximos años.
