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La fruta que los japoneses sacan del Amazonas

La fruta que los japoneses sacan del Amazonas

La fruta que los japoneses sacan del Amazonas

Un grupo de 27 mujeres indígenas son quienes le envían desde el Amazonas a la cadena de restaurantes WOK, la pulpa con la que se prepara un exótico jugo llamado Camu Camu Wok. En el corregimiento de Tarapacá estas 27 madres cabezas de hogar, recogen una vez al año ocho toneladas de camu camu  y las transforman en pulpa para su comercialización. WOK se las compra para ofrecerla en jugos y la empresa Selva Nevada en helados, entre otras cosas para que los japoneses no se lleven toda la fruta.

CAMU-CAMU-WOK

Hace 14 años los japoneses vienen a la Amazonía colombiana y exportan el camu camu para venderlo en bebidas enlatadas, chicles y cosméticos. Esta fruta redonda y globosa parecida a la cereza, fue descubierta como el alimento con mayor contenido de vitamina C en el mundo por que en igual cantidad de pulpa supera cien veces al limón y a la naranja. Por eso tomarse un vaso de jugo de camu camu es como darle una inyección de nutrientes al cuerpo, una dosis diaria que podría prevenir un cáncer, un infarto y el envejecimiento prematuro.

El camu camu es una de las frutas más apetecidas por el mercado internacional gracias a sus beneficios para la salud. Paradójicamente antes de empezar a exportarse no existía uso tradicional en la región porque los nativos no conocían sus propiedades. Sin embargo, cuando Alejandro Álvarez, dueño de Selva Nevada lo descubrió, quiso enseñarles a aprovecharlo pues para él: “mientras haya trabajo en el campo no habrá guerra”. Hoy la Asociación de mujeres de Tarapacá tiene una fábrica artesanal en la que procesa la fruta y la vende a los restaurantes de Bogotá.

Como el camu camu es el fruto de una planta acuática que crece en los lagos inundables del Rio Putumayo sólo se puede recoger una vez al año que es cuando hay cosecha, el resto del año estas mujeres se dedican a cultivar otras frutas. En Noviembre recogen la piña, en diciembre el mango, en enero el camu camu y en febrero el copoazú.

Álvarez sabe que casi la mitad del territorio colombiano está compuesto por selvas amazónicas y por eso su negocio es utilizar los recursos naturales que salen de allí. Su trabajo es amigable con el medio ambiente porque los insumos que utiliza vienen de sistemas de producción y recolección que ayudan a conservar y reforestar el medio ambiente, -Alejandro no cultiva los frutos sino que siembra los bosques para enriquecer la selva-;  y es sano para la sociedad porque detrás de él hay comunidades generando alternativas económicas en lugares donde no las hay.

La heladería es una buena manera de dar a conocer el trabajo de personas que como éstas viven de la tierra. Campesinos trabajadores que como muchos por estos días se están viendo amenazados por políticas indiscriminadas. Alejandro Álvarez es un vendedor de helados que fabrica instantes de alegría para quienes recogen la fruta y quienes saborean el helado. El asaí, el copoazú, la gulupa y muchos otros tesoros escondidos, hacen parte de la lista de sabores que ofrece Selva Nevada y que en Colombia apenas estamos empezando a descubrir.

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