La cadena Playground publicó que glaciares como el Ródano, el más antiguo de los Alpes, ha perdido 350 metros de hielo en los últimos 150 años debido al calentamiento global. Para mitigar el avance del deshielo los suizos acuden al glaciar cargados con kilométricas sábanas y mantas para cubrir el hielo que queda. Lo llevan haciendo ocho años, sin que los frene la ardua travesía. Una vez arriba, despliegan las mantas y cubren la cima.
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Con inmenso cariño, para cuidar su montaña del cambio climático, los suizos han diseñado unas mantas reflectantes que desvían los rayos del sol y protegen al glaciar de los estragos del calor. La idea no es superficial. David Volken, glaciólogo del Ministerio de Medio Ambiente de Suiza, afirmó a AFP que han disminuido la fusión del hielo hasta en un 70%. Eso no quita que las mantas sean un parche a un problema global. Sin medidas fundamentales de fondo, como las reducciones de gases de efecto invernadero, el hielo que intentan salvar los suizos dejará de existir.
No es el único lugar. Los efectos del calentamiento global sobre los glaciares se palpan en otras zonas del planeta. Los habitantes de Ladakh, en una región del Himalaya indio, tienen que construir glaciares artificiales para que los campesinos no se mueran de sed. Los glaciares naturales han ido plegándose hacia altitudes cada vez más elevadas y el agua, ahora alejada, ha dejado de existir para las aldeas. En Italia y en Alemania también han cubierto algunos glaciares con el material reflectante. La necesidad de mayores compromisos climáticos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero se hace evidente.
